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Analizar y confrontar las fuentes es lo que nos da material para recuperar el punto lgido de la transicin entre el mundo antiguo y el Mxico colonial, y es precisamente la conquista la que determina los aspectos fundamentales de la poblacin, la economa, la cultura y la ciencia. Lo que tenemos en cambio es la suplantacin de una cultura por la occidental, en donde los trminos indio, indgena, prehispnico, mundo hispano o Latinoamrica nos excluyen, pues seguimos hablando de lo espaol o de lo portugus. La historiografa de la poca es justificatoria del saqueo y la expoliacin, en donde lo que cuenta no son los personajes como Cristbal Coln, Pizarro o Hernn Corts, sino en que el prototipo de la conquista que es Corts, aprendiendo todo lo que Coln pudo suministrarle, es quien lleva a cabo la civilizacin de la rapia y conoce todos los resortes para la destruccin de las culturas autctonas. A pesar de las reiteradas peticiones de que los conquistadores no se acerquen a Tenochtitlan, los espaoles continan su marcha, porque saben que ese es el ncleo central a destruir. Y a pesar de llenarlos de oro, joyas y plumajes, los conquistadores se muestran insaciables, confundiendo la cortesa con la cobarda. Los espaoles no slo destruyeron una sociedad sino una cultura, con su enorme caudal de conocimientos en biologa, botnica, historia, medicina. Podemos notar muy fcilmente que en el Mxico antiguo no existen fronteras entre sus habitantes, en donde las comunidades conviven dentro de una amplia socializacin, pues en cualquier lugar es posible encontrar las construcciones monumentales, la prctica del temazcal, la astronoma con su calendario, el juego de pelota, la matemtica y la medicina, en donde Xochicalco es el centro de las ciencias en general y la confluencia de todas las culturas. Es preciso recordar que recuperando lo susceptible de ser recuperado, vamos a enriquecer nuestra concepcin del mundo para construir nuestro presente y labrar nuestro futuro. La destruccin que llevaron a cabo los espaoles nos ha impedido conocer tanto la forma en que ocurri la conquista, como la en que vivan nuestros ancestros, ya que slo sabemos de esa poca por las crnicas elaboradas por los mismos espaoles, las cuales en su mayor parte son falseadas y llenas de exageraciones. Para los conquistadores, la sociedad antigua estaba plagada de hombres salvajes que practicaban sacrificios humanos, en que exista un supuesto imperio (de tan slo 13 kilmetros cuadrados), nos hablan de tributos, reyes, emperadores y prncipes, de su idolatra, as como de ser guerreros, sin tomar en cuenta que tanto ellos, como los especialistas posteriores y an los ms recientes, muestran su asombro ante una cultura cuyo esplendor resulta innegable. No podemos seguir creyendo en todo lo que se ha aceptado. Aqu ni hubo reyes, ni imperios, ni sacrificios humanos y mucho menos dioses. Todos estos conceptos han sido impuestos de acuerdo a un criterio occidental que nada tiene que ver con nuestra realidad histrica En relacin a las fuentes, Hernn Corts, Bernal Daz y Sahagn a la vez que cronistas, fueron conquistadores, y algunos de los cronistas subsecuentes (Fray Diego Durn, Clavijero, Motolinia, Torquemada) elaboraron sus relatos en fechas posteriores a la conquista, guindose por los trabajos de los tres primeros, en donde, aparte de que ya se haba trastocado todo el orden Mexica, para hacerlo del tipo espaol, la mayor parte de sus informantes eran autctonos convertidos al catolicismo. En cuanto a la fundacin de Mxico-Tenochtitlan, se ha creado un mito afirmndose que una serpiente fue devorada por el guila, para lo cual debemos aplicar la crtica de las fuentes, y resulta que la fuente de primera mano que ha sido utilizada es la Crnica Mexicayotl de Fernando Alvarado Tezozmoc, que fue escrita en el idioma Nahuatl y traducida posteriormente al espaol. Ah podemos notar que en ningn momento se menciona que el guila est devorando a una serpiente, en donde luan es la conjuncin y; Kouatl, serpiente; l, posesivo de la tercera persona del singular; Zomoka, es el sonido caracterstico que emiten las serpientes cuando van a atacar o cuando sienten peligro y que ha sido traducido como silbar; Yan, es una desinencia locutiva, pero no indica un lugar preciso, con estos elementos podemos traducir la oracin como: el lugar donde silba la serpiente Por qu los frailes agregaron la serpiente al glifo de la fundacin? La respuesta nos la da Vctor Linares Itzcuauhtli En el pensamiento autctono el guila simboliza al Sol, por lo tanto los frailes, siguiendo su pensamiento cristiano, lo interpretaron de otra maneraPara el pensamiento cristiano el sol representa a Jess, y la serpiente a Satans, es por ello que lo que quisieron plasmar los religiosos del siglo XVI era la lucha entre el bien y el malDentro de los primeros frailes en grabar este error se encuentra el dominico fray Diego Durn. Uno de los ms grandes mitos que crearon los conquistadorea acerca de los pobladores originales, es el de que con algunas excepciones, casi todos esos pueblos, mayas, aztecas, totonacas, obsesionados por el misterio del devenir y de la muerte, practicaban sacrificios humanos, de enigmtica significacin. A esta irreflexiba conclusin se han sumado cientficos que hasta una explicacin espiritual han pretenido darle. No se profundiza en que si es lgico pensar que una cultura que ha sorprendido y sorprende cada da por su avanzada civilizacin y sus enormes conocimientos, practricaba o no, un rito salvaje. Christian Duverger, coincidiendo con otros autores, al estudiar la llamada economa del sacrificio azteca, ve en ste un intento de sostener y dinamizar los ciclos vitales, pues segn tal versin la muerte libera un excedente de energa vital, y supuestamente en el sacrificio ritual, la artificialidad de la muerte provocada es lo que hace posible orientar hacia los dioses esa energa, logrando as que se transmute la fuga de fuerzas en brote de potencia (La flor letal 112s), para de este modo la sangre humana ofrecida a los dioses, vitalizara las fuentes de toda energa, y alimentara las reservas de fuerza que el sol simboliza, concentra e irradia, razonamiento tan tortuoso como ineficaz, ya que no se detiene a averiguar si los sacrificios existen, sino que partiendo de las falsedades interesadas de los cronistas los da como ciertos, para luego darse a la tarea de pretender darles una explicacin mstico-astronmica-energtica. En el mencionado Libro Segundo, Sahagn le dedica un espacio enorme a los llamados sacrificios humanos de los mexicas. Los relatos resultan sobrecogedores, pero poseen un defecto de origen, pues aunque como en toda su obra el fraile habla a nombre de terceros, con el objeto de no responsabilizarse de lo dicho, al final del Libro, toma la palabra para exponernos sus propios comentarios, dando a entender que est condenando algo que no le consta, que le contaron. Eulalia Guzmn nos comenta que De las creencias, as como de las prcticas se hizo burda mezcolanza de mitos y de diosesLo cierto es que de la pluma de Corts en su carta II, se sabe que durante los ocho meses que vivi frente al recinto sagrado de los teocallis de Tenochtitlan jams vi un sacrificio humano. Ni tampoco los vi o supo que se hicieran en aquel tiempo, en ninguna parte, desde que pis tierra en Anhuac, a mediados de abril de 1519, al 30 de octubre de 1520 en Tepeaca, en que fech su carta En cuanto a la relacin de la Veintena de Tlacaxipehualiztlio figura simblica de Xippe J. Refugio Gonzlez Hernndez nos asegura que Bernardino de Sahagn, trata de describir detalladamente el curso de los diversos cultos rituales que se celebraban en cada uno de los 18 meses, de 20 das cada uno, lo que nos llevara a la conclusin de que todos los meses de todo el ao (a excepcin del ltimo) los aztecas olvidaban sus virtudes y se dedicaban a la ms cruel e inhumana de las actividades. El nombre Tlacaxipehualiztli de la veintena puede indicar la accin de comenzar, porque pehua es empezar; xipehua es la orden: comienza; Tlaca es persona y Tlacaxipehualiztli incluye el comenzar la accin ordenada, quiza en relacin al comienzo a las actividades anualeslos datos de las actividades efectuadas en esta veintena nos describen de hecho un cambio anual de las personas encargadas de ciertas funciones de la actividad gubernamental y que por todo lo que se dice refieren un tipo de funcin policial Por lo tanto, es seguro que las personas dedicadas a ella fueran las ms numerosas en comparacin con otras funciones ms particulares sacrificadas o sacadas de las actividades productivas comunes por un tiempo, al parecer por un ao, ya que al incio de cada unoen que unos son desollados, es decir descargados de la investidura de Xipe, en tanto que otros se visten sus pellejos, es decir, asumen los atuendos propios de esa investidura En su larga explicacin, Refugio Gonzlez atrae una carta que se encuentra en el Archivo General de la Nacin, en donde el cura del lugar en el ao de 1543, solicita permiso a Fray Juan de Zumarraga para quemar unos 300 o 400 indios, para que por temor ingresaran a la iglesia los dems, ya que con predicacin y azotes no los convenca (Encicl. de Mxico, t II Tamaulipas). As que nos comenta el autor a que nos venimos refiriendo - lo de distorsionar las informaciones calumniando, aparenta ser solamente una mentirilla piadosadado el acelerado aniquilamiento de la poblacin nativa, denunciada entre otras por Bartolom de las Casas y el propio Motolina en su mencinese aniquilamiento se justificaba en la identificacin de los habitantes del continente como seres sin almaMotolina se daba prisa en bautizarla o evangelizarla reconociendo con ello su humanidad es, aunque tambin una forma de cuidar a la gallina de los huevos de oro para que siga poniendo en beneficio del poder Real frente a los intereses de los particulares a los que no les importa su agotamientoy hasta llegar a encontrar algo sublime, por nosotros inalcanzable e incomprensible, en la motivacin de la antropofagia y sacrificios humanos adjuduicaba a la poblacin prehispnica Laurent de Sjourn parece darnos la razn cuando se plantea el llamado enigma de los contrastes inconciliables, pues segn cierta lgica, resulta que quienes se asoman al mundo del Mxico antiguo no pueden menos de quedarse admirados de lo bueno, horrorizados de lo malo, y finalmente perplejos, al no saber cmo conciliar lo uno y lo otro y se pregunta Cmo es posible que en medio de tantas atrocidades se produjeran a veces, en los mismos que las realizaban, elevaciones espirituales tan considerables? Para caer en el lugar comn de sealar Es un misterio... Se desvanecera el enigma si tales elevaciones fueran slo aparentes, pero resulta muy difcil dudar de su veracidad. El maestro Len Portilla establece que los relatos en nahuatl nos dicen que la toltecyotl abarcaba los mejores logros del ser humano en sociedad: artes y urbanismo, escritura, calendario, centros de educacin, saber acerca de la divinidad, conocimiento de las edades del mundo, orgenes y destinos del hombre. Corts estaba seguro que sus relatos encontraran odos listos, ya que en los siglos XV y XVI muchas mentiras estuvieron siendo esparcidas en Espaa acerca de muertes rituales realizadas por los Judos, quienes estuvieron siendo expulsados de la pennsula Ibrica junto con los Moros. Las mentiras de Corts fueron tremendamente exitosas. Ellas han permanecido por casi 500 aos sin oposicin. A lo largo de las narraciones escritas, muchos descubrimientos arqueolgicos - esculturas, frescos, murales y pictogramas han sido declarados por los espaoles, indios evangelizados y ms tarde por Antroplogos para ser relacionados con el sacrificio humano. Estas imgenes no son en forma alguna prueba de que los humanos fueron sacrificadosEllos podran incluso ser imgenes de ejecuciones ordinarias o muertesen el budismo, crneos y huesos de piernas son usados para hacer instrumentos musicales utilizados en rituales religiosos, esto no est en forma alguna relacionado con el sacrificio humano Esta tendencia se nota de una manera muy clara en los libro de los misioneros, slo basta tener un espritu crtico para percatarse de ello: Aunque en el matar nios y sacrificar sus hijos, los del Pir se aventajaron a los de Mxico, porque NO HE LEIDO NI ENTIENDO que usasen esto los mexicanos, pero en el nmero de los hombres que sacrificaban y en EL MODO HORRIBLE con que lo hacan excedieron estos a los del Pir. Y AUN CUANTAS NACIONES HAY EN EL MUNDO Este prrafo del padre Acosta denota la falta de objetividad en este autor que es usado como fuente histrica. Phil Peter Hassler nos dice: Cortar y abrir la parte del pecho es una tarea relativamente fcil, pero atravesar la caja torcica es casi imposibleCastillo afirm que los mexicanos sacrificaron unas 60,000 personas en cuatro das, lo que nos dara la espantosa cifra de una persona asesinada cada seis segundos consecutivamente por 96 horas El primer informe sobre los supuestos sacrificios humanos proviene de Diego de Velsquez, quien realiz una expedicin que borde las costas de Yucatn. En su itinerario l describe que en una isla encontraron restos de seres humanos, de inmediato lo asociaron con un sacrificio humano, por lo que le dieron el nombre de Isla de sacrificios a la que se encuentra frente al puerto de Veracruz. Sin embargo, es conveniente establecer que los hombres de Anhuac no tenan dioses, y lo ms sorprendente es que no existe algn trmino en lengua Nahuatl para designar el concepto de dios. Ocurre lo mismo que para el budismo, en donde buda no es un dios, sino es la suma de virtudes que debe obtener un hombre, quien al coseguirlas alcanza el nombre de Buda. Entre los aztecas existan una serie de elementos que estando presentes en la naturaleza, de la cual forma parte el hombre, eran reconocidos en su simbolismo como parte de una filosofa que nada tiene que ver con el pensamiento occidental. El llamado dios de la lluvia, Tlalok, por ejemplo, simbolizaba la fecundidad de la tierra mediante la lluvia, el crecimiento y desarrollo del maz, el alimento del ser humano, el desarrollo de los bosques, las corrientes de los rios y nuevamente la formacin de las nubes. Todo hombre sabio era considerado un Quetzalcoatl y era respetado y venerado: era adornado con flores de la sabidura. A Xochicalco se le conoca como el lugar donde est la casa de las flores, los egresados de Xochicalco eran sabios y sus conocimientos fueron aplicados para el beneficio de la comunidad. Domingo Martnez Paredez, fillogo mayista, en su libro Un continente Una cultura, nos dice que Quetzalcoatl filolgicamente significa la blancura solar y las barbas a los rayos solares. Sin embargo, la falsificacin espaola lleg al extremo de introducir que Quetzalcoatl era un dios y que haba anunciado la fatalidad de que habran de llegar a Anhuac los hombres blancos y barbados que deberan dominarnos Se asegura, para mayor abundamiento, por parte de quienes se han dedicado tanto al estudio de la lengua nahuatl como a la comprensin de la cultura de la poca, que por ejemplo Tezkatlipoka representa la memoria, Ketzalkoatl, la sabidura o inteligencia, y Uitzilopochtli la voluntad, elementos a los que se invoc en su momento para la construccin de la gran ciudad. As mismo que Koatl: serpiente, representa la sabidura, la inteligencia; Xochitl; Flor, representa por igual al conocimiento, pero cuando ste ya ha florecido; Tzontekomitl: Cabeza, donde se deposita el ego y la importancia personal; Mikiztli: Muerte, es el perpetuo cambio que existe en el universo. Para los pobladores originales el principio generador de todo lo existente no tiene que ver nada con la idea de un dios. De hecho la palabra dios no existe en ninguna lengua autctona. Antes se pens que Teotl significaba dios, por lo que se ha venido incurriendo en errores: La palabra Teotl significa energa o tambin apreciado, tino, intenso, maravilloso, magnfico, imprevisto como alguna vez ya ha sealado el estudioso del lenguaje nahuatl Vctor Linares Aguirre quien asegura que no existe la palabra ni el concepto, en las lenguas y el pensamiento nativosTeotl es muy parecido al Theos griego y al Deus latino. Su uso equivocado desde el siglo XVI se debe al desconocimiento de la antigua lengua mexicana, y a la comodidad de los cronistas, comentaristas y posteriormente de los historiadores, que creyeron encontrar en Teotl el origen divino de los dioses indgenas cuyos nombres que principiaban o terminaban en esa partcula, eran as, elevados a la categora de divinidades Otro ejemplo de tergiversacin acerca de esa cultura, es el misterio alrededor del retorno de Quetzalcoatl. Lo primero de todo es que debera estar claro que Quetzalcoatl no se traduce como serpiente emplumada Han visto una serpiente con plumas?...Por supuesto que no, ellas no existen. La palabra Ketzalkoatl significa hermosa y venerable serpienteKetzalli la cual significa hermosa y venerable, y koatl significa serpienteEn las sociedades tradicionales de Anauak, la serpiente fue considerada como un smbolo de inteligencia y sabidura. El trmino Quetzalcotl fue un ttulo dado a los hombres y mujeres quienes haban trascendido su humanidad y alcanzado un ntimo entendimiento de la tierra Por su parte el trmino Coatlicue falda de serpientes, es una expresin que representa la energa viviente la cual cubre la superficie terrestreEsta es la expresin filosfica de Tonantzin-Koatlikue, la cual ha sido caracterizada malamente como la diosa de la tierra por los europeos ignorantes (sic). En relacin a la llamada Peregrinacin que segn los cronistas llev a los aztecas a establecerse en Tenochtitlan partiendo de un lugar llamado Aztln (el lugar de las siete cuevas), reproducimos una explicacin que sonrojara a cualquiera que siguiera sosteniendo tal mito sin mayor averguacin: En alguna vez (Artemio Solis Guzmn) nos coment una sentencia que su gua Doa Celsa Xolaloko mencion: Chikomoztok est en ti, y slo aquel que busque con inteligencia y paciencia lo encontrarᒅLa palabra Chikomostok significaChikome: siete; Oztotl, Cueva, Ko, Lugar, El lugar de las siete cuevas. Estas siete cuevas representan puntos energticos que, segn la tradicin oral, todos los humanos poseemos. Algunos no los desarrollamos, otros sLa primera cueva que tenemos es el coxis, ste es nuestro contacto con la madre tierra cada vez que nos sentamosEl segundo punto se encuentra en la tercera vrtebra, su funcin es la de mantener el equilibrioLa nmero tres es el ombligo, nuestro primer contacto con el mundo fsico a travs de nuestra madreLa cuatro se encuentra ubicada en nuestro pecho, donde se efecta la combustinLa nmero cinco est en nuestro cuello donde se localiza la tiroidesLa sexta cueva es la glndul pituitaria, en la parte de nuestra frenteEl sptimo punto est en la parte que normalmente se nombra mollera y su nombre significa florecimiento En relacin a las llamadas Guerras floridas, el Etnohistoriador estadounidense Frederic Hicks escribe: los datos concernientes a las guerras floridas son escasos, pero ciertamente no justifican la generalizacin de que estas guerras tenan por objeto obtener cautivos para sacrificarPara el pensamiento de Anauak la guerra florida represent una lucha consigo mismo, para superar egos, vanidades, importancia personal, etc. En esta guerra lgicamente tendrs que hacer muchos sacrificios humanos debido a que ayunars, te desprenders de todas las cosas banales que te ofrece el mundo(Uitzilopochtli es la voluntad logradora), por eso le dars tu corazn a Uitzilopochtli, esto es, lo hars con mucho amor Hassler nos aclara que al tratar este asunto falta la profunda crtica de las fuentes en todas estas publicaciones. La crtica de las fuentes es el mtodo bsico de la ciencia histrica, fue establecida hace ms de 150 aos en Alemania...se aceptaban casi sin crtica los testimonios de los conquistadores, de los misioneros espaoles, y de los indios cristianizados que discriminaban la religin indgena prehispnica como obra del diablo. Aunque se deberan conocer bien muchas objeciones crticas de antroplogos famosos, como por ejemplo Evans Pritchard...An Bernardino de Sahagn no es una excepcin, porque l tambin estaba cautivo de sus prejuicios y de la arrogancia e intolerancia de la iglesia frente a otras religiones. Tampoco el Disco de Oro del cenote de Chichn-Itza y otras imgenes del matar a hombres en relieves o pinturas murales o en los cdices y otros debern tratarse por fuerza del sacrificio humano...De esta manera a veces se interpreta el relieve del Juego de Pelota del Sur en El Tajn (tablero I, noreste). Adicionalmente los sabios no pudieron llegar a un acuerdo sobre la interpretacin del grabado. Para unos se trata de una extraccin del corazn y para otros de una degollacin...la postura de la supuesta vctima no permite ni la extraccin del corazn ni la decapitacin Los etnohistoriadores americanos Frederic Hicks y Barry L. Isaac han probado con sus crticas de las fuentes que no hay ningn apoyo para estas hiptesis. En las fuentes sobre las guerras floridas. Frederic Hicks escribe: Segn Bernardino de Sahagn y Diego Durn los cautivos fueron sacrificados representando los dioses de los mexicas. Parece que no han notado esta situacin curiosa (por no decir absurda) En dichos sacrificios no se da una ofrenda humana a un dios o a un ser sobrenatural, sino que la vctima es el dios mismo representndole. Dndose cuenta que la vctima era un cautivo, respectivamente un enemigo, es como si un criminal hubiera representado a Jesucristo en un misterio cristiano para ser crucificado y matado en maldad. El Maestro Lpez Austin por su parte nos expresa: Decimos, por un lado, que se crea dar con la sangre el sustento a los dioses para sostener la vida as de todo el universo, y por otra afirmamos que los hombres inmolados en la piedra del sacrificio no fueron considerados ya humanos, sino divinos. Las dos afirmaciones son contradictorias o se mataban hombres para alimentar a los dioses o se mataban dioses. El Dr. Peter Hassler nos comenta: Por eso les pregunto a ustedes, estimados mexicanos, si despus de 500 aos de la adoctrinacin espaola no ser ya tiempo de liberarse de los cuentos para nios sobre los sacrificios humanos y el canibalismo que difundan los espaoles? Como sealbamos, los textos de Corts, Bernal Daz del Castillo y fray Bernardino de Sahagn, son considerados las fuentes primigenias no slo del relato de la conquista, sino del estado que guardaba la situacin econmica, poltica y social de los territorios conquistados, de ah en adelante muchos otros autores basan sus crnicas en ellos y en menor medida, partiendo de su experiencia particular del Mxico ya conquistado y a travs de informantes Fray Diego Durn, Clavijero, Torquemada, Fernando Alvarado Tezozmoc, entre otros. Sin embargo, es de hacer notar que Bernal Daz confiesa que su trabajo lo realiz a la edad de 84 aos, independientemente de que fue publicado 30 aos despus de su muerte, y que el de fray Bernardino de Sahagn sali publicado en nahuatl en 1555 (34 aos despus de la conquista llevada a cabo en 1521) pero en nuestro pas slo se conoci, ya en espaol, hasta despus de 1810, ignorndose si este trabajo es copia de la versin en Nahuatl o si se trata de un resumen, por lo que existe un elevado margen de certidumbre para considerar que son las Cartas de Relacin de Hernn Corts el nico documento que debe tomarse como fuente primaria, aparte desde luego, de las inscripciones que dejaron los antiguos pobladores en sus construcciones tanto como en algunos contados cdices elaborados antes de la conquista, pues es justo decir que la mayora de estos ltimos fueron realizados ya sea por rdenes reales o por autctonos conversos, con lo cual pierden su calidad de fuente objetiva. Es justo decir que por el contrario, la mayora de los investigadores desdea las crnicas de Corts y Bernal Daz, apoyndose principalmente en Sahagn, de manera inexplicable. La obra de Corts tiene el nico fin de granjearse la aquiescencia del rey de Espaa para su obra de conquista, con el consecuente apoyo en pertrechos de guerra y en hombres, pues Corts lleva a cabo su obra no slo sin el consentimiento del rey, sino ante su desconocimiento absoluto, lo que desde luego no quiere decir que el monarca no aprobara en todos sus trminos la labor de devastacin que se estaba llevando a cabo una vez que fue enterado, lo relevante es que quedan en evidencia las falacias empleadas precisamente por uno de los ms grandes genocidas confesos que ha tenido la humanidad. Si nos fijamos bien, la tarea para el esclarecimiento de la verdad histrica de estos sucesos resultara muy sencilla si adoptamos un mtodo ms certero para estudiar el perodo, as como el dicho de sus cronistas. Tenemos que en el testimonio de Bernal Daz del Castillo, cuya historia abarca todos los pasajes que se exponen en las Cartas de Relacin, los narra en el mismo orden, lo que se puede deber, en primer lugar, a que probablemente tom por gua de su relato la Historia de Gmara, la que a su vez se apega a las cartas, las cuales Bernal Daz comenta o rectifica en los puntos que l cree necesario o conveniente. Con multitud de detalles, Bernal Daz, hace que sus relatos den la impresin de ser verdicos, como en los casos de las supuestas batallas de Tlaxcala (que es muy difcil que hayan ocurrido), de la matanza de Cholula, de la prisin de Motecuhzoma, Cacamatzin y dems acompaantes; de la muerte de Motecuhzoma, o de la prisin de Cuauhtmoc, de suerte que al revisarlos quedan al desnudo grandes tramos de su Historia Verdadera... Bernal Daz trata como un tosco conquistador la matanza de Cholula, sin detenerse en consideraciones de tipo humanista, tal y como corresponde a su categora, as como la posterior matanza del templo mayor en Mxico, aparentemente ejecutada por Alvarado; pasa en silencio lo que para l no tiene ningn significado prctico, por ejemplo la matanza de los llamados prncipes, inclusive la de Motecuhzoma y los otros seores prisioneros en la casa de Axaycatl, as como la felona que Corts comete con los de Tecamachalco, Quechllac y Acatzinco, primero al ofrecerles la paz y luego matndolos cuando los tiene en su poder; o la muerte que dio a 300 seores huaxtecos quemndolos vivos delante de sus hijos. Con la misma mentalidad y el mismo nivel moral que el resto de los conquistadores que despreciaban por igual a los hombres de Amrica y se atribuyen derechos ilimitados sobre ellos, Bernal confiesa crmenes individuales o colectivos sin darles la menor importancia, de acuerdo enteramente con el punto de vista cristiano, es el caso cuando se refiere al hecho de herrar a la gente en la mejilla con una letra G (de guerra, segn su testimonio) y de su venta en remate, a la vez que acumula acusaciones contra los pueblos que estn conquistando, atribuyndoles canibalismo, sodoma y barbarie Es necesario, para los fines del trabajo, destacar que un documento que complementa magistralmente las obras propuestas (entre muchas otras) es el juicio de residencia abierto contra Corts en enero de 1529, impreso en Mxico hasta 1852-53, en que aparece un conjunto de 135 declaraciones testimoniales, la mayor parte de conquistadores compaeros de Corts, quienes en el orden que establece el interrogatorio, van expresando lo que vieron o supieron de la boca de sus compaeros, y en los que multitud de crmenes y engaos, grandes y pequeos, quedan al descubierto. Es a travs de las intervenciones de cada uno de los declarantes, como se va conformando la situacin bajo el poder desptico y omnmodo que Corts tuvo en sus manos como Capitn General y Justicia Mayor, cargos con los que, no de acuerdo a principios morales inexistentes o a valores humanos desestimados, se invisti desde la fundacin de la Rica Villa de la Veracruz, en el que se adjudicaba el derecho a ser el primero en el provecho y el nico en el mando, an sobre el monarca espaol. En general los conquistadores estaban tan naturalizados con la crueldad y el abuso cometidos contra los nativos americanos, que ni se les ocurra pensar que lo que hacan fuera indebido, aunque se tratara de herrar, esclavizar, atormentar, robar y engaar, ahorcar, o quemar vivos, as se tratara de pequeos o grandes seores, hechos en nada contrarios al cristianismo que decan profesar. La exculpacin posterior de Corts por parte del rey espaol, confirma la tesis de que la corona se rega indubitablemente por el derecho de conquista, que es el que decide el curso de los acontecimientos, fuera de cualquier otra estimacin que se haga. En relacin a la obra de Sahagn, a pesar de la forma tan elemental y pedestre que da a la narracin, a lo que se suma la existencia de lagunas entre un hecho y otro, su autor nos pone en conocimiento de algunos asuntos que los otros dos cronistas no mencionan, con relacin a hechos decisivos que dejan entrever los horrores de que los mexicanos fueron vctimas; mezcla en su narracin, enteramente subjetiva, expresiones mitolgicas que dan lugar a una mayor confusin con respecto al drama que vivieron los supuestos narradores, y aunque presenta una imagen ms precisa de los sucesos, no deja de estar presente el carcter de la conquista por ejemplo al mostrarnos a un Moctezuma temeroso y hasta cobarde. La redaccin, sucinta pero repetitiva de los hechos en un mismo prrafo, permite descubrir el carcter conquistador de la versin, en donde resulta empalagosa la ingenuidad que le atribuye a sus presuntos narradores, seguramente todos ellos autctonos conversos y hasta aleccionados. Es digno de consignar que a travs de su relato, Sahagn en dos o tres ocasiones habla en primera persona, lo que da lugar a la sospecha de que sus informantes no existen, o que exclusivamente son empleados para darle otra intencin a su obra. Si alguien duda de la categora de conquistador de Sahagn, bastara, por el momento, destacar la forma en que narra determinados hechos, por ejemplo en vez de decir que los espaoles se llevaban robado aquel tesoro, dice en cambio que los mexicanos se los robaron, en donde o ojos visto, deba decir que estos lo recuperaron. Debe aclararse acerca de los historiadores frailes y clrigos espaoles, que apelando a su conciencia moral, en que aparentan en ciertos momentos condenar algunos de los hechos de la conquista, su misma condicin de conquistadores les impide oponerse resueltemente al ultraje espaol, pues resulta lgico suponer que de haber estado en contra de la conquista, ya sea o que se hubieran retirado silenciosamente de estas tierras o de plano se hubieran comprometido para contribuir con los pobladores originales a deshacerse del fardo de la dominacin extranjera, y resulta que no ocurri ni una cosa ni otra, sino al contrario, muchos de ellos se sumaron al coro de voces que exaltaban el presunto primitivismo local, y se consuelan con decir que por su obra se implant la fe de Jesucristo, que si se miran bien las cosas era ste un objetivo muy secundario de la conquista, por lo tanto el humanismo de Bartolom de las Casas, junto con el de otros, no iba ms all de hacer soportable la dominacin, y yendo un poco ms lejos, e independientemente de su voluntad, podra decirse que estando de acuerdo con la conquista, lo que buscaban eran formas que la hicieran perdurable Son las Cartas de Relacin de Corts un portento de sociologa, poltica y economa aplicada, al describir, hasta con minucia, los mviles de la conquista, pero adems nos da una leccin acerca de cmo surge el poder pblico en las sociedades brbaras como la que l representaba, al crear por propia inspiracin la Rica Villa de la Veracruz, nombrando alcaldes y regidores, y los escogidos por l a su vez, lo nombran Capitn General y Justicia Mayor, bajo el obvio argumento de que los ttulos expedidos por Diego Velsquez eran insuficientes para llevar a cabo su obra. Existen muchos estudios que niegan la veracidad de algunos hechos narrados por Corts, como son por ejemplo la batalla contra los tlaxcaltecas (que en Bernal Daz suman hasta tres); las constantes sumisiones de autctonos a su paso, la aprehensin de Moctezuma y de los llamados principales; su ausencia de la matanza del templo mayor, la aprehensin de Cuauhtmoc y su posterior asesinato. Pero en donde Corts nos muestra nuevamente su categora de conquistador celebrrimo, es cuando nos revela que a la simple sospecha o al rumor, est dispuesto para atacar e incendiar pueblos enteros o matar hombres despiadadamente, ya sea en Cholula o en Tenochtitlan. En donde Corts no deja lugar a dudas en su crnica (que no historia) lo mismo que Bernal Daz, es en lo relativo a sus ansias por encontrar y apropiarse del oro. Oro es lo que buscaba por todas partes, oro es lo que exiga a cada pueblo sometido. Con oro resolva sus diferendos tanto con los otros conquistadores como con los considerados aliados autctonos. Con oro compr la permanencia de sus tropas en territorio Mexica. Con oro debilit a los enviados por Narvez, fue con el oro con lo que termin por convencer al rey espaol en su labor de conquista, fue oro lo que inmediatamente reclam a Cuauhtmoc cuando por fin cay Tenochtitlan. En su narracin, Corts expone ntidamente cuales eran las diferencias entre l y Diego Velsquez, pues mientras ste buscaba enriquecerse a travs de un intercambio, por supuesto que desigual, de baratijas por el oro de estas tierras. Corts, ms visionario, resolvi establecer un gobierno propio que le permitiera el saqueo permanente del metal amarillo. Por lo tanto, es explicable que Corts resuelva que su causa tena algo de progresista, al acusar a los naturales de prcticas contrarias a la fe y a la civilizacin, acusndolos de idlatras, fanticos y hasta degenerados sexuales, segn su dicho, al declarar sodomitas a los naturales, sin tomar en cuenta que tanto l como sus hombres, de acuerdo a sus Cartas, pueden libremente disfrutar de las hijas de los seores que le son obsequiadas. Todo conquistador trata de justificarse para esconder o aminorar la explotacin y desmanes que ejercen sobre los pueblos conquistados. Y para esto, la justificacin ms socorrida es que se trata de gentes inferiores, cuyas costumbres y pensamiento son sometidos a una crtica implacable a la par que inconsistente, desde un punto de vista tico y cientfico. Esto existe desde muy antiguo. Aristteles en su Poltica, habla de pueblos brbaros, de pueblos sclavos por naturaleza, cuyo destino no es otro que el de ser conquistados y esclavizados para que trabajen y sirvan a los griegos, derecho justo dada su superioridad racial. Esta tesis se difunde enormemente y sirve para la expansin de Roma, por lo cual no deben extraarnos en absoluto los parangones que con los romanos realiza constantemente Bernal Daz. Ahora que si bien en los gobiernos conquistadores se observa una tendencia justificatoria de sus actos, en la realidad tal intento, de existir, saldra sobrando y hasta sera un obstculo para los fines que se persiguen, al grado de que entonces la suerte que corra dicha conquista dependera de cualquier humanista que lo denunciara, y hemos sido testigos cmo a travs de la historia, las conquistas han pasado por encima de los argumentos ms slidos, aun de los pensadores ms racionales, por lo que podemos afirmar que ni las obras de Corts, Bernal Daz o Sahagn son justificatorias, sino que son el relato despiadado de su propia obra de destruccin. El derecho de conquista proviene del derecho romano, y consiste en el derecho que se asignan los gobiernos conquistadores para expandirse, para saquear, para avasallar, asesinar y destruir, y para trastocar su historia. El derecho de conquista no tiene ms lmite que la voluntad del conquistador. Si las conquistas romanas fueron un ejemplo de ello, vala la pena tambin recordar el Imperio de Carlo Magno, en quien sus miras expansionistas no se limitaron a la pennsula Itlica o al territorio de los sajones, lo que le permiti en el ao de 778 iniciar una expedicin contra el norte de la pennsula Ibrica, dominada por los musulmanes, animado por los cristianos, pues Carlo Magno lleg a la plaza fuerte de Zaragoza tras tomar Pamplona. La conquista llega a Amrica con la espada de los conquistadores y trs de ella, la conquista pacfica con la cruz de los misioneros. Y aqu la posicin cristiana a que venimos aludiendo, se refuerza con la acusacin de que los americanos carecen de alma y no pertenecen a la especie humana. El papa, para no amenguar la labor de conquista y evangelizacin de sus clrigos, tiene que decir que s tienen alma y que, por tanto, son hombres, gracias a la bula de Pablo III, Sublimis Deus, de 1537. Francisco de Vitoria, uno de los ms conspicuos curas que sostienen que es justa causa de guerra la oposicin de los brbaros a la propagacin del Evangelio, dijo sobre los naturales que esos brbaros distan muy poco de los retrasados mentales, y que le pareca que no eran idneos para constituir y administrar una repblica dentro de los lmites humanos y polticos. Fray Gins de Seplveda, en un Tratado sobre las justas causas de la guerra contra los indios, nos da un bello ejemplo de lo que son las razones de los conquistadores en Amrica, y no se cansa de buscar motivos para justificar el sometimiento de los autctonos americanos, para lo cual acumula sobre ellos, junto con la consabida falta de razn, una serie de vicios y defectos. Y para su condena se basa, no slo en Aristteles, sino en San Agustn, en Santo Toms de Aquino y en algunos pasajes bblicos: La justa guerra - afirma - es causa de la justa esclavitud, la cual contrada por el derecho de gentes, lleva consigo la prdida de la libertad y de los bienes. A fray Gins de Seplveda los conquistadores del Cabildo de Mxico le regalaron doscientos pesos de oro en minas y siendo un gran negociante llega a amasar una inmensa fortuna que le permiti fundar un mayorazgo, pero an ahora no nos atrevemos a llamar a las cosas por su nombre y en lugar de conquista o colonizacin, hablamos con eufemismos como Descubrimiento o Encuentro de dos mundos. Los espaoles no trajeron ningn progreso a Amrica, pues la actividad econmica de la colonia se dirigi, casi exclusivamente, al fomento de la agricultura y a la minera de exportacin, y los colonos espaoles no hicieron sino ocupar los puestos dirigentes, y los autctonos fueron obligados a suministrar la mano de obra necesaria, mediante formas de trabajo forzado o como meros asalariados. El aniquilamiento forma parte esencial del derecho de conquista, pues a travs de trabajos demogrficos serios se demuestra que de entre unos 50 o 60 millones de habitantes, como mnimo, que poblaban esta regin del mundo en 1492, para 1820 eran apenas un poco ms de 8 millones. El Mxico central vio disminuida su poblacin de entre 20 a 25 millones a tan slo un milln y medio en el siglo XVIII. Isabel la Catlica dio manos libres a los aventureros que quiseran conquistar a su costa en dicho continente, con tal de que el territorio conquistado pasara a pertenecer a Espaa y se le diera el quinto del despojo. Por eso vinieron a Amrica gentes de toda clase cuya conducta para saciar su sed de oro no tuvo freno ni sancin alguna. En 1514, justo un ao despus de promulgarse las Leyes de Burgos, los conquistadores emprenden sus campaas militares contra los americanos apoyndose en el Requerimiento, que no era sino un formulismo legal por el cual se instaba a los mal llamados indios, a someterse al rey de Espaa y al cristianismo; si, como era lgico que sucediese, stos se negaban, se les aplicaba el ius belli, derecho de conquista, por el cual los espaoles estaban legitimados para hacerles la guerra, someterlos a servidumbre y despojarles de todos sus bienes. Es preciso sealar que hasta 1526 ni siquiera se les traduca el texto castellano a las lenguas autctonas. Para Maquiavelo como para Corts, el hombre es esencialmente malo, voluble y, en consecuencia, indigno de confianza. La poltica no puede olvidar nunca este hecho. En las palabras del Prncipe, un Estado no se puede gobernar con padrenuestros; la vida terrenal se halla gobernada por la fortuna, cruel, injusta e irracional muchas veces; ante ella no cabe confiar en ningn tipo de providencia divina, sino enfrentarse a ella con nuestras mejores armas y los ardides ms eficaces, oponer a la fortuna, en suma, la virtud humana; ante esas dos realidades - la maldad humana y la fortuna cruel - no cabe otra opcin que un anlisis rigurosamente realista de cada situacin. Mientras el prncipe actu con realismo y renunciando a cualquier utopa, sera dueo de su destino y capaz de sobreponerse al contexto hostil. Maquiavelo, que fue tachado de satnico y sus obras prohibidas en casi todos lados, en 1557 fue quemado por la Inquisicin en efigie y sus obras proscritas. Su obra no haca sino reconocer lo que era prctica comn en la Europa del siglo XVI y desde la poca del Imperio Romano pasando por el de Carlo Magno y de las mismas cruzadas. Corts nunca ha sido condenado y an ahora muchos le rinden culto. Bajo el orden del nuevo mundo, que empez con el viaje de Coln al nuevo mundo en 1492, las grandes potencias pueden gozar de soberana mientras que para otros simplemente no existe. Por eso, es irnico que el Occidente predique sin cesar acerca de los derechos humanos. Si excluimos las diversas retricas y la piadosa mscara de moralidad de 500 aos, podemos ver que, histricamente, la prdida de la soberana estatal signific la esclavitud y la muerte, tanto individual como nacional. Sin la soberana, los derechos humanos no son slo ultrajados, sino inexistentes. Coln no cruz el ocano en 1492 movido por un espritu de descubrimiento, su nica motivacin fue sacar provecho. Ambicioso y presuntuoso, insisti en que se le otorgara, como un prerrequisito para cada viaje, un dcimo de todos los tesoros que encontrara, un nombramiento como gobernador y virrey del lugar descubierto y un rango en la nobleza espaola con el ttulo de almirante del Mar Ocano. Coln escribi en su diario acerca de la facilidad con que podan esclavizar a los hombres de este continente: Estas personas ignoran el uso de las armas... bastaran 50 hombres para someterlas y lograr todo lo que se desea, prdica que fue bien aprendida por Hernn Corts, como lo veremos ms adelante. Entre 1494 Y 1496, Coln se apresur en llevar la civilizacin occidental al nuevo mundo: convirti a los nativos de las islas de Sotavento en esclavos y concubinas. Para darnos cuenta de la mentalidad de los conquistadores, Sahagn inicia su obra atribuyndole a mensajes bblicos la causa de la conquista, y tal como hemos venido sosteniendo, no es extrao que se muestre extremadamente complaciente en su juicio hacia los espaoles Por su parte Bernal Daz inicia su relato con dos afirmaciones suculentas, la primera aceptando lo que Corts no reconoce abiertamente, pero que se desprende de sus cartas, o sea, que la conquista la iniciaron sin el conocimiento (ni aprobacin) de Carlos V y la segunda, que para ganarse el aprecio y reconocimiento de la iglesia, lo que hacen es a nombre de su religin. Las afirmaciones que hace Bernal Daz, estn llena de contenido, pues a partir de ella, probablemente nadie podra negar que sea la codicia personal la que mueve a la conquista, en donde los idlicos sueos de un caballero del medioevo quedan expuestos en su cruda franqueza; Lo dems es risible, pues no se puede llamar descubrir al hecho de arribar a un continente que ya estaba poblado, adems, con formas reconocidas de civilidad, y por lo tanto ya descubierto por estas mismas gentes muchos aos antes de su llegada; y lo mismo ocurre al decir pacificar, cuando l mismo a travs de su obra reconoce que lugar al que llegaban, eran atendidos opparamente y aposentados apaciblemente. Mejor dicho, si nos atenemos a la crnica, quienes vinieron a convulsionar estas tierras fueron los espaoles. Corts fue fundamentalmente lujurioso, codicioso de riquezas y ansioso de poder. Y en torno de estas tres debilidades giraron todas sus acciones en el campo de las relaciones humanas Forz tambin a Tecuichpo, esposa de Cuauhtmoc, sacndola del convento franciscano donde se protega. En cuanto a la segunda, o sea la codicia, dio muestras de ella desde que lleg a Espaa a la Isla Espaola. Como todos sus compatriotas vino a Amrica a hacerse rico sin trabajarCorts tuvo en poco aquello diciendo que quera ir a recoger oro (Gmara)Al partir a Cuba en son de rebelde areng a su gente dice Gmara animndole a la empresaca el corazn me da que tenemos de ganar grandes y ricas tierras, muchas gentes nunca vistas y mayores reynos que los de nuestros reyesYo os har en muy breve espacio de tiempo los ms ricos hombres de cuantos jams ac pensaron Corts no ocult nunca sus verdaderas aspiraciones, por lo que sera absurdo intentar encontrar en sus actos alguna razn mstica o siquiera idealista, segn el mismo Gmara, al hacer Corts las paces con los seores de Tabasco y pedirles intilmente oro, vi Corts que no era tierra aquella para espaoles, ni le cumpla asentar all, no habiendo oro ni plata ni otra riquezaca padecemos mal de corazn que slo sana con ello (Gmara)De aqu en adelante, sea que a los pueblos entre de paz o de guerra, pedir o exigir oro, y si no se lo dan, saquer, torturar y quemar para obtenerloPara alcanzar los objetivos sealados: mujeres, oro y poder, cont con una tenacidad a toda prueba, falta absoluta de escrpulos, habilidad extraordinaria para engaar y atrapar; capacidad admirable para conocer las debilidades humanas y los puntos vulnerables de las personas con quien trataba; sangre fra para esperar y decisin y accin rpida para aprovechar la oportunidad, espritu vengativo y un insitinto de crueldad rayano en el sadismo. Desonoca el agradecimiento y chicamente violaba su palabra. No era religioso sino supersticioso. Por lo mismo, someta todos sus actos al clculo de sus intereses; de ese modo, usaba de la crueldad as como de los aparentes actos de generosidad segn le convena; en el primer caso para aterrorizar o para vengarse con ventaja o simplemente por la conveniencia que el hecho significaba. Por lo general en estos actos de crueldad se unan ms de un objetivo; por ejemplo, en la matanza de Cholula, amedrentar y robar; en el Templo Mayor de Tenochtitlan, acabar con los jefes, robar, amedrentar; en el hecho de guardar presos a los seores y a sus hijos, tener rehenes que paralizaran a los pueblos; en el saqueo e incendio de los pueblos, etc. Amedrentar, saquear y raptar mujeres. En el segundo caso (su aparente generosidad) la usaba para confiar a la vctima o para asegurarse su ayuda, fingindose amigo, y una vez logrado el objeto, destruirlo; por ejemplo, toda su conducta con Francisco de Garay y con su gente. Desde el primer contacto que tiene Corts con los habitantes de este suelo, en San Juan de la Porta, Isla de Cozumel, Santa Cruz, les suelta una admonicin agresiva, no sin antes advirtirles engaosamente que no iban a hacerles dao alguno, sino para amonestar y atraer para que viniesen en conocimiento de nuestra santa fe catlica y para que fuesen vasallos de sus majestades y les sirviesen y obedeciesen como lo hacen todos los indios y gente que estn pobladas de espaoles, vasallos de vuestras reales altezas Deciamos que en relacin a las batallas en que dice participar Corts, ste exagera las cifras (40,000 contra tan solo 400 espaoles) ya sea para engrandecer sus mritos o porque en realidad se trat de un genocidio, no es entendible de otra forma lo ocurrido. El verdadero carcter de la conquista queda reflejado en la siguiente idea Trabajaremos de ver aquella y otras cosas de que tenemos noticia para que de ellas hacer ver a vuestras reales altezas verdadera relacin de las riquezas de oro y plata y piedras...A nuestro parecer se debe creer que hay en esta tierra tanto cuanto en aquella donde se dice haber llevado Salomn el oro para el templo Lo que sostenemos es que las crnicas tanto de Sahagn, como de Bernal Daz y Corts, nos muestran un digno cuadro de las insidias, infamias, calumnias y felonas que cometieron los espaoles en su venida a esta tierra, al grado de trastocar las costumbres y las reglas que prevalecan en el Mxico antiguo, pues cuando afirmamos que fueron ellos quienes trajeron la esclavitud, es porque Corts confiesa haber sometido a pueblos enteros empleando los ms bajos procedimientos para, corrompiendo a unos con el poder, atrae con engaos a quien no se quiere someter para hacerlo su prisionero, tal es el caso de Cacamatzin No es casual el constante parangn que Bernal Daz hace con las acciones romanas, como el que atribuye a Corts al ordenar quemar las naves: Ya no tenamos navos para ir a Cuba, salvo nuestro pelear y corazones fuertes; y sobre ello dijo otras muchos comparaciones y hechos heroicos de los romanos. Y todos a una le respondimos que haramos lo que ordenase, que echada estaba la suerte de la buena ventura, como dijo Julio Csar sobre el Rubicn...pues eran todos nuestros servicios para servir a Dios y a Su Majestad Es de destacar que, contrario a lo que argumentan los frailes espaoles respecto a que aqu no haba orden ni idea, ni industria, ni leyes, sino el atraso ms vil, sirvmonos de las versiones de los conquistadores, que tal vez sin desearlo, no dejan de admirar las muestras de la avanzada civilizacin que encuentran, sobre todo cuando admiran la ciudad de Tenochtitlan. La crnica de Sahagn, aunque menos despiadada que la de Bernal y Corts, aparte de introducir la fbula de la llegada de Quetzalcoatl representado en los conquistadores (a quienes Bernal les nombra Teules), abunda en ejemplos del pretendido atraso material y cultural de los autctonos, visin que desde luego entra en contradiccin con por lo menos las obras arquitectnicas a que termina haciendo referencia. Como lo mencionamos, mientras que Corts resea que en Tascalteca...y me haban dicho que los naturales de estas provincias eran sus amigos de ellos y muy capitanes enemigos de Motezuma, y que se queran confederar con ellos porque eran muchos y muy fuerte gente...Los naturales de este Valle me rogaron que no pasase por la tierra de estos sus enemigos, pues que iba a ver a Motezuma...y que en ella sera siempre bien recibido , mientras que Bernal nos refiere hasta tres batallas de tan solo 400 espaoles contra 50 mil tlaxcaltecas, en donde los espaoles solamente tuvieron 17 bajas, un muerto y diecisis heridos, lo que pone en evidencia que no existi ninguna batalla y si en cambio una verdadera matanza, pues las cifras que nos proporciona Bernal Daz son igualmente desproporcionadas Existe una situacin muy curiosa que requerimos comentar, y que se refiere a las batallas en que Corts enfrent a los naturales, logrando, como es fcil suponer, brillantes victorias plenas de herosmo, segn el parte de novedades en que se convierte su crnica, misma que va acompaada de su consecuente cauda de exgeraciones, en donde, de ser ciertas las cifras que se manjean, sera prueba suficiente de que quienes habitaban estos territorios no eran en absoluto guerreros o por lo menos no eran tan sagaces, intrpidos e inteligentes como se afirmaban los espaoles. Por otro lado, no es muy clara la crnica cuando se trata de ejrcitos que se le rinden sin combatir o ejrcitos sometidos por la fuerza de las armas, aunque con sobradas razones hay quien se inclina a pensar que esas supuestas batallas no eran sino verdaderos genocidios sobre pueblos inermes. Por ejemplo, Corts relata Otro da torn a salir antes que fuese de da, sin ser sentido de ellos, con los de caballo y cien peones y los indios mis amigos, y les quem ms de diez pueblos, en que hubo pueblos de ellos de ms de tres mil casas, y all pelearon conmigo los del pueblo con lo que se dara cuerpo a la ltima hiptesis, pues Corts confiesa haber tomado por sorpresa a varios pueblos, sin saber si le seran fieles o no, pero en otros casos nos habla de enfrentamientos, en donde ...Y como traamos la bandera de la cruz, y pugnbamos por nuestra fe y por servicio de nuestra sacra majestad en su muy real ventura, nos dio Dios tanta victoria que les matamos mucha gente, sin que los nuestros recibiesen dao...Otro da siguiente vinieron mensajeros de los seores diciendo que ellos queran ser vasallos de vuestra alteza y mis amigos, y que me rogaban les perdonase el yerro pasado, en donde lo nico que queda claro es que tanto en los habitantes muertos de los pueblos tomados en el desamparo, como en los muertos que por obra de Dios haban caido bajo sus armas, no se cumplira el pronunciado propsito evangelizador de la conquista. Con relacin a las batallas que Corts y Bernal sostienen que presentaron con los de Tlaxcala, Sahagn tiene su propia versin, pues de plano niega que los tlaxcaltecas al mando de Xicotencatl, el joven, se le hayan enfrentado, sino refiere que al ver los destrozos que cometieron los espaoles sobre las huestes de Tecoac, los tlaxcaltecas, obedeciendo a Xicotencatl el viejo, se rindieron sin combatir. La crnica de la matanza de Cholula resulta aleccionadora para los casos que venimos estudiando, pues mientras Corts y Bernal comentan que los espaoles fueron advertidos por los tlaxcaltecas de que se maquinaba hacerlos sus prisioneros para despus matarlos, adelantndose a los acontecimientos, los espaoles llevaron a cabo un asesinato en masa de enormes proporciones. Sahagn refiere que la matanza fue provocada por actos de perfidia de los tlaxcaltecas, en que los espaoles a su llegada, simplemente cerraron las puertas de la ciudad y se pusieron a disparar y a emplear sus espadas en contra de los naturales, en donde en los tres casos se observa que no se present la ms mnima resistencia de parte de estos. Lo real es que a pesar de las supuestas advertencias, Corts insisti en acudir a Cholula, seguramente porque tena la intencin de cometer otro genocidio, y lo que trasciende es que el derecho de conquista les permite asesinar bajo el ftil argumento de la sospecha. Hasta aqu lo que haba que preguntarnos es que si lo ocurrido en Cholula es a lo que muchos especialistas llaman encuentro de dos mundos o encuentro de dos culturas, pues a pesar de lo tendencioso que pueda parecer el relato de los tres cronistas que venimos estudiando, al releerlos, debera quedar al desnudo el verdadero rostro de la conquista. Lo que no se comprendera es que si Sahagn, dado su carcter de religioso, conociendo y relatando estos sucesos, no haya elevado una protesta por lo menos ante tales crmenes, pues sera mucho pedirle que abandonara la empresa de la conquista evangelizadora, conociendo de primera mano los excesos de sus coterraneos, pero al no ocurrir ninguno de los dos casos, se comprueba que Sahagn lleva a cabo su obra como un colonizador ms, situacin que queda de manifiesto al comparar esta parte de la crnica, con la que se refiere a lo abominable que le parecen a Sahagn los llamados sacrificios humanos, que comentamos lneas arriba. Todava Corts se da tiempo para reprender a los mexicanos que lo acompaaban, amenazando con llegar a Tenochtitlan a pesar de las peticiones de que no lo intentara: Aquellos mensajeros suyos me respondieron...que no saban nada de aquel concierto...que no podan creer que por consejo y mandato de Motezuma se hiciese...que me rogaban que antes que me determinase de perder su amistad y hacerle la guerra que me informase bien de la verdad y que diese licencia a uno de ellos para ir a le hablar...y trajronme diez platos de oro y mil y quinientas piezas de ropa...y me dijeron que a Motezuma le haba pesado mucho de aquel desconcierto que en Churultecal se quera hacer...y que todava me rogaba que no curase de ir a su tierra...y que donde quiera que yo estuviese enviase a pedir lo que yo quisiese y que lo enviara muy cumplidamente. Yo le respond que la ida a su tierra no se poda excusar porque haba de enviar de l y de ella relacin a vuestra majestad, que yo crea que lo que l me enviaba a decir; por tanto, que pues yo no haba de dejar de llegar a verle, que l lo hubiese por bien y que no se pusiese en otra cosa porque sera mucho dao suyo. La crnica de Bernal Daz no perdona ni el sarcasmo de la duda refierindose a la matanza de Cholula: Que pues como en pago de que venimos a tenerlos por hermanos y decirles lo que Dios Nuestro Seor y el rey manda, nos queran matar y comer nuestras carnes que tenan aparejadas las ollas, con sal y aj y tomates Entonces les dijo Corts que tales traiciones como aquellas, que mandan las leyes reales que no queden sin castigo, y que por su delito que han de morir A pesar de todos los requerimientos, Corts contina su marcha sobre Tenochtitlan, y lo mismo que Bernal y Corts, Sahagn termina por confesar las verdaderas causas de la conquista, cuando nos presenta un cuadro desfachatado al momento en que los espaoles tienen contacto con el oro de Tenochtitlan. La matanza del templo mayor igualmente nos muestra las versiones de Corts y Bernal Daz, lacnicas y restndole importancia, y la de Sahagn, ms cruda y pormenorizada, pero igual que en toda su obra, sin mostrar ningn rechazo a tanta iniquidad. La siguiente pieza nos confirma notoriamente, que por ms recubrimientos ideolgicos que se empleen para justificar la conquista y la consecuente cauda de tergiversaciones que de las culturas antiguas hicieron los encargados directos de la obra, la verdad se nos muestra desnuda y sin maquillajes: Y desde que el clrigo (enviado por Narvez) y los dems sus compaeros vieron a Mxico ser tan grandsima ciudad, y la riqueza de oro que tenamos, y muchas otras ciudades...y la gran franqueza de Corts, estaban admirados. Corts les habl de tal manera, con prometimientos y halagos, y an les unt (sic) las manos de tejuelos y joyas de oro...que donde venan muy bravosos leones volvieron muy mansos, y se le ofrecieron por servidores, y as como llegaron a Cempoal y dieron relacin a su capitn, comenzaron a convocar todo el real de Narvez que se pasaen con nosotros Moctezuma fue asesinado porque ya no representaba nada para los conquistadores, a lo que haba que sumar el distancimiento que segn Bernal y Corts existi entre ellos, que le hace apuntar al primero y porque no me lo decais, por una parte tena enojo de tenrmelo encubierto, y por otra me holgaba, porque vienen vuestros hermanos para que todos os vayis a Castilla y no haya ms palabras, Qu quiere ya de mi malinche, que yo no deseo vivir ni oirle, pues en tal estado por su causa mi ventura me ha traido?...ver ni oir a l ni a sus falsas palabras ni promesas ni mentiras Pero precisamente es Bernal quin descubre a Corts en su perjurio, cuando le hace decir: (Corts) Qu cumplimento he yo de tener con un perro (sic) que se haca con Narvez secretamente, y ahora veis que de comer no nos dan? Por esa razn resultara irnico creer en que (A la muerte de Moctezuma) Corts llor por l, todos nuestros capitanes y soldados...de que fue tan llorado como si fuese nuestro padre, y no nos hemos de maravillar de ello viendo que tan bueno era Lo sobresaliente es que, ante las atrocidades espaolas, Sahagn no muestra el horror que en cambio si manifiesta en otros captulos de su obra, por ejemplo ante los supuestos sacrificios humanos atribuidos a los autctonos, tal es el caso de la llamada por l EXCLAMACIN DEL AUTOR que adorna su Libro Segundo y que reza: No creo que haya corazn tan duro que oyendo una crueldad tan inhumana, y ms que bestial y endiablada como la que arriba queda puesta, no se enternezca y mueva a lgrimas y horrro y espanto; y ciertamente es cosa lamentable y horrible ver que nuestra humana naturaleza haya venido a tanta bajeza y oprobio que los padres, por sugestin del demonio, maten y coman a sus hijos sin pensar que en ello hacan ofensa ninguna, ms antes compensar que en ello hacan gran servicio a sus dioses. La culpa de esta tan cruel ceguedad, que en estos desdichados nios se ejecutaba, no se debe tanto imputar a la crueldad de los padres, los cuales derramando muchas lgrimas y con gran dolor de sus corazones la ejercitaban, cuando el crudelsimo odio de nuestro enemigo antiqusimo Satans, el cual con malignsima astucia lo persuadi a tan infernal hazaa. O seor Dios, haced justicia de este cruel enemigo, que tanto mal nos hace y nos desea hacer! Quitadle, seor, todo el poder de empecer! Por lo cual se puede suponer que el fraile aplauda o estaba de acuerdo en los excesos inhumanos, siempre y cuando provinieran de los espaoles, pues no de otro modo se entiende que lo que relata en el su Libro II le merezca un fuerte comentario personal, en cambio, en su Libro XII, el asesinato masivo llevado a cabo y confesado por los conquistadores, no vale la pena detenerse a comentarlo, ya no dijramos a condenarlo, todo lo cual pone adems en evidencia que el mito de los sacrificios humanos es ms un arma ideolgica que ningn sustento tiene en la realidad, lo mismo que el carcter del cristianismo al que apela Sahagn. Corts, sin abandonar su soberbia y sus malas artes, trata a los autctonos como perros, poniendo una vez ms en duda si quienes le llaman encuentro a la conquista, habrn puesto sus ojos en la siguiente frase: porque sera encarnar a aquellos perros de lo que estn encarnados, y darles ms nimo y osada para acometer a los que adelante fueren Posteriormente Bernal Daz nos descubre que fue Corts quien trajo la esclavitud a estas tierras, pues no de otra forma se entiende que si es que mando herrar a los esclavos, se debe presumir que antes no lo eran y mucho menos que estuvieran herrados; y eso de que los esclavizaban por haberle dado la obediencia al rey, solamente porque se est presto a dejarse engaar sera posible creerlo, la referencia dice as: Porque todos los pueblos de los rededores haban dado la obediencia a Su Majestad acord Corts, con los oficiales del rey, que se herrasen las piezas y esclavos que se haban habido para sacar su quinto despus que se hubiese sacado el de Su Majestad...apartan el real quinto, y otro para Corts. Pero no conformes con herrar a los convertidos en esclavos, Bernal Daz hace una descripcin atroz de cmo ultrajaron al elemento femenino, conviertindolo al vil concubinato, en donde brillan por su ausencia las explicaciones religiosas a estos condenables actos. Hemos partido del supuesto de que Corts, mediante el sistema que conocemos como de la leva, al ir pasando por los pueblos incrementaba su ejrcito, pero no podemos dejar de anotar el siguiente comentario de Bernal Daz, quien sin mengua de su condicin de conquistador, aun se atrevi a llamar aves de rapia a los autctonos que se les unan, pues atenindonos al conjunto del relato, pareciera que Bernal est haciendo una descripcin, no de los nativos que se sumaban, sino de los mismos conquistadores, veamos: y otro pueblo sujeto al mismo Chalco, que se dice Chimahuacn, y all vinieron ms de veinte mil, as de Chalco y Tezcuco y Guaxocingo, y los Tlaxcaltecas y otros pueblos, y vinieron tantos que en todas las entradas que yo haba ido despus que en la Nueva Espaa entr, nunca tanta gente de guerra de nuestros amigos fueron como ahora en nuestra compaa. Ya he dicho otra vez que iba tanta multitud de ellos a causa de los despojos que haban de haber, y lo ms cierto por hartarse de carne humana, si hubiese batallas, porque bien saba un ejrcito de una parte a otra y le siguen cuervo y milanos y otras aves de rapias que se mantienen de los cuerpos muertos que quedan en el campo, despus que se daba muy sangrienta batalla; as he juzgado que nos seguan tantos millares de indios El relato de la conquista de Tenochtitlan nos revela acciones muy ilustrativas con respecto al carcter de la lucha, en donde se trata de descubrir tanto lo inicuo de la invasin espaola, como lo desigual de la batalla en cada episodio que nos narran los cronistas hispanos. Tambin continan los actos de sadismo, sin el menor rastro de conmiseracin cristiana: Gilutepeque...llegamos primero que los espas, y murieron algunos, y tomronse muchas mujeres y muchachos...y yo estuve dos das en este pueblo, creyendo que el seor de l se viniera a dar por vasallo de vuestra majestad, y como nunca vino, cuando part hice poner fuego al pueblo, aunque a continuacin no falta la exposicin infamante: Y como mi motivo sea siempre dar a entender a esta gente que no les queremos hacer mal ni dao por ms culpados que sean, especialmente queriendo ellos ser vasallos de vuestra majestad, y es gente de tanta capacidad que todo lo entienden y conocen muy bien, para inmediatamente volver a las andadas: (en Suchimilco) y recogida la gente, volvimos a la ciudad bien cansados y mandla quemar toda...dejndola toda quemada y asolada, nos partimos y cierto era mucho para ver, porque tena muchas casas y torres de sus dolos de cal y canto Sahagn comienza su relato sobre este hecho en forma desacomedida, pues acusa a los de Xochimilco de haber asaltado a los propios mexicas, para ms tarde terminar aceptando el genocidio consumado por Corts. En cuanto al mito tan socorrido de que los tlaxcaltecas se unieron a Corts por el resentimiento en contra de un supuesto imperio azteca, la verdad, sin ambages, nos la descubre Bernal Daz, quien confiesa que Corts, srdidamente, quizo atraerse con engaos a Xicontencatl, el joven, mientras ordenaba su muerte. Xicotenga el Mozo...Corts...le envi a hacer muchos prometimientos y promesas, que le dara oro y mantas porque volviese...Pedro Alvarado lo supo, rog mucho por l, y Corts le dio buena respuesta, y secretamente mand al alguacil y los de a caballo que no le quedasen con vida...en un pueblo sujeto a Tezcuco le ahorcaron y en esto vino a pagar su traicin, posteriormente Corts Abraz a Chichcatecle y a los dos mancebos Xicotengas y a Estesuchel...y les prometi que les dara tierra y vasallos ms de los que tenan El relato de Sahagn contina por el mismo camino trazado por su autor, aqu no hay Exclamaciones del autor, como en su Libro Segundo cuando abomina de los pretendidos sacrificios humanos, ni cuestiona, no digamos los fines de la actitud brbara de los conquistadores, que vinieron a hacer una guerra que nadie, sino su codicia, les exigi; que se encontraban destruyendo a un pueblo ajeno al suyo; que no tena ningn prtexto justo ni lgico para llevarla a cabo; sino que ni siquiera les impugnaba los mtodos salvajes para asesinar a los dueos originales de esta tierra. Noventa y tres das dur el sitio sobre la ciudad de Mxico-Tenochtitlan, cuyos habitantes sin agua potable y con enormes dificultades para avenirse el sustento, con armas rudimentarias al extremo, resistieron hericamente para defender su libertad, su dignidad y su soberana. Por estas razones resulta inslito que los espaoles, despus de haber cometido tantos excesos, se muestren asombrados cuando lo aztecas presumiblemente castigaron con la pena de muerte a los cautivos prisioneros de guerra, asunto sobre lo cual se ha creado toda una fbula, pues de atendiendo a las fuentes, es la nica ocasin en que ellos aseguran haber presenciado un sacrificio humano, siendo la realidad que en primer lugar, de haber existido, se trat de un ajusticiamiento, no de un sacrificio para ningn dios; adems, por el sitio en que se encontraban Alvarado y Bernal Daz, resulta imposible que hayan podido presenciar la escena que tan puntualmente describen Corts y Bernal. En el fragor del combate, los mexicanos les excitaban para que se fueran de su suelo bajo los argumentos que hemos venido sosteniendo: ...y entonces cuando estbamos peleando con ellos nos decan muchas palabras, llamndonos de apocados y que no ramos buenos para cosa ninguna, ni para hacer casas ni maizales, y que no ramos sino para venirles a robar su ciudad, como gente mala que venamos huyendo de nuestra tierra y de nuestro rey y seor...que venamos sin licencia de nuestro rey Despus de consumada la derrota, se presenta la parte culminante de la conquista, y que confirma lo que es su nico propsito, la rapia por el botn a grado tal que los espaoles quedan exhibidos hasta por Bernardino de Sahagn quien, sin desearlo, nos ofrece un digno cuadro de los verdaderos fines de la conquista, olvidndose de principios morales o religiosos inexistentes: Captulo XLI 1.- Cuando hubo cesado la guerra se puso a pedirles oro. El que haban dejado abandonado en el canal de los toltecas, cuando salieron y huyeron de Mxico. 2.- Entonces el capitn convoca a los reyes y les dice: - Dnde est el oro que se guardaba en Mxico? Entonces vienen de sacar de una barca todo el oro. Barras de oro, diademas de oro, ajorcas de oro para los brazos, bandas de oro para las piernas, capacetes de oro, discos de oro. Todo lo pusieron delante del capitn. Los espaoles vinieron a sacarlo. 3.- Luego dice el capitn: No ms se es el oro que se guardaba en Mxico? Tenis que presentar aqu todo. Busquen los principales. 8.- - Tenis que presentar doscientas barras de oro de este tamao...Y sealaba la medida abriendo una mano contra la otra. 10.- Entonces habla por all Ahueltoc, el de Miscoatlailtlac. Dijo: - Oiga por favor el seor, el amo, el capitn: Aun en tiempo de Motecuhzoma, cuando se haca conquista en alguna regin, se ponan en accin unidos mexicanos, tlatelolcas, tepenacas y acolhuas. Todos los de Acolhuacan y todos los de la regin de las Chinampas. Todos bamos juntos, hacamos la conquista de aquel pueblo, y cuando estaba sometido, luego era el regreso: cada grupo de gente se iba a su propia poblacin. 11.- Y despus iban viniendo los habitantes de aquellos pueblos, los conquistados; venan a entregar su tributo, su propia hacienda que tenan que dar ac: jades, oro, plumas de quetzal, y otra clase de piedras preciosas, turquesas, y aves de pluma fina, como el azulejo, el pjaro de cuello rojo, venan a darlo a Motecuhzoma. Todo vena a dar ac, todo de donde quiera que viniera, en conjunto llegaba a Tenochtitlan: todo el tributo y todo el oro. Las acusaciones fueron colosales, pues Bernal Daz consigna que ...los soldados que andaban en los bergantines fueron los mejor librados, y hubieron buen despojo, a causa que podan ir a las casas que estaban en ciertos barrios de la laguna, que sentan habra ropa, oro u otras riquezas..., ya que de acuerdo con Bernal Daz, todo fue latrocinio, aun entre ellos mismos porque los capitanes mexicanos y aun Guatemuz dijeron a Corts, cuando les demandaba el tesoro de Montezuma, que los que andaban en los bergantines haban robado mucha parte de ellos En una fase poco estudiada, Bernal Daz consigna que no haba tal abundancia del tesoro, que ni Corts daba razn de ello, atribuyndoselo a que era poco el que tenan acumulado los tenochcas, y fuera del que se extravi en el lago en su huda despus de que fueron expulsados por los mexicas, no existan las riquezas aoradas. Fue entonces que los cmplices de Corts comenzaron a desconfiar de l: Digamos, de otra materia, que a todos aplaca cmo se recogi todo el oro y la plata y joyas que se hubo en Mxico, y fue muy poco...por manera que los oficiales de la hacienda del rey nuestro seor decan y publicaban que Guatemuz lo tena escondido y que Corts holgaba de ello porque no lo diese y haberlo todo para s; y por estas causas acordaron los oficiales de la Real Hacienda de dar tormento a Guatemuz y al seor de Tacuba...y como le pes a Corts y aun a alguno de nosotros que un seor como Guatemuz le atormentasen por codicia del oro...trescientos ochenta mil pesos de oro, que ya lo haban fundido y hecho barras; de ah sac el real quinto y otro quinto para Corts...le quemaron los pies en aceite, y el seor de Tacuba, y lo que confesaron que cuatro das antes que los prendiesen lo echaron en la laguna, as el oro como los tiros y escopetas que nos haban tomado a la postre a Corts  Si nos fijamos bien en el texto de Bernal Daz, no es que se hayan desvergonzado los conquistadores acusando a Corts de estafarles su parte del botn, sino que existan sospechas fundadas de quin adems ya dado pruebas de ser un truhn consumado: ...y se desvergonzaban mucho en decir que Corts se alzaba con el oro. Y como Corts estaba en Coyoacn y posaba en unos palacios que tenan blanqueados y encaladas las paredes, donde buenamente se poda escribir en ellas con carbones y con otras tintas, amanecan cada maana escritos muchos motes, algunos en prosa y otros en metros, algo maliciosos, a manera como mase pasquines; y en unos decan que el sol y la luna y el cielo y estrellas y la mar y la tierra tienen sus cursos, y que si alguna vez sale ms de la inclinacin para que fueron criados, ms de sus medidas, que vuelven a su ser, y que as haba de ser la ambicin de Corts en el mandar, y que haba de suceder volver a quien primero era; y otros decan que ms conquistados nos traa que la conquista que dimos a Mxico, y que no nos nombrsemos conquistadores de la Nueva Espaa, sino conquistados de Hernando Corts; otros decan que no bastaba tomar buena parte del oro como general, sino parte como rey, sin otros...otros decan Oh qu triste la anima mea hasta que todo el oro que tiene tomado Corts y escondido lo vea! Y otros decan que Diego Velsquez gast su hacienda y que descubri toda la costa Norte hasta Pnuco, y la vino Corts a gozar, y se alz con la tierra y oro; y decan otras cosas de esta manera, y an decan palabras que no son para poner en esta relacin.  La solucin de Corts ante las acusaciones fundadas, fue enviar a sus compinches a conquistar otras tierras, reservndose para s las riquezas halladas: Corts vio que muchos soldados se desvergonzaban en demandarle ms partes y le decan que se lo tomaba todo para s y lo robaba, y le pedan prestados dineros, acord de quitar de sobre s aquel dominio y de enviar a poblar a todas las provincias que le pareci que se convenan que se poblasen. Por ltimo Bernal Daz no pude ocultar su desencanto ante la estafa de que fue objeto por parte de su propio jefe: me dicen muchos curiosos lectores que qu es la causa que pues los verdaderos conquistadores que ganamos la Nueva Espaa...por qu no nos quedamos en ella a poblar y nos venimos a otras provincias...que dir En los libros de la renta de Montezuma mirbamos de dnde le traan los tributos del oro y donde haba minas y cacao y ropa de mantas...y como veamos que en los pueblos de la redonda de Mxico no tenan oro, ni minas, ni algodn, sino mucho maz y magueyales...a esta causa la tenamos por tierra pobre, y nos fuimos a otras tierras a poblar, y todos fuimos muy engaados. En relacin al supuesto Impero Azteca se afirma que desde los comienzos del siglo XV, la cabeza de la gran Confederacin nahuatlaca qued constituida por Tenochtitlan, Tezcoco y Tlacopan, en donde haba otras confederaciones menores que conservaban relaciones de amistad o de alianza con la del Valle de Mxico, tales como la de Tlaxcala, Huexotzinco, Atlixco, Cuauhquechollan, Cholula y otras. De todas maneras, gracias a esta poltica, la confederacin del valle de Mxico iba unificando los pueblos de Anhuac en una patria comn. Gobierno confederativo .- Por su naturaleza misma, la Confederacin del Valle de Mxico descansaba en la autonoma de las tres partes componentes, y el gobierno confederado, en un Consejo de grandes seores de pueblos de los tres Estados, y los tres tlatoanis de las ciudades mencionadas. Estos ltimos eran los ejecutores de las resoluciones del Consejo.Los calpullisAl fundarse la ciudad de Tenochtitlan hacia 1325, se dividi el islote en 4 partes o huey calpullis (grandes calpullis) dentro de los que se acomodaron las 14 parcialidades de los 7 calpullis primitivos, Cada calpulli, por lo mismo, tuvo ya su territorio propio. Es necesario sealar que la forma fundamental de propiedad, aceptada por casi todos los estudiosos, era el calpulli, que era la tierra en comn. A falta de suficiente tierra firme, su industriosidad les hizo fabricar chinampas para el cultivo, as, cada calpulli tuvo su tierra de cultivo para repartirla entre sus jefes de familia. En cuanto a la estructura poltica de la sociedad Mexica, en la Confederacin de Anhuac, los pueblos nativos practicaron el ejercicio del gobierno a travs de consejos. Tanto en Per como en Mxico los asuntos pblicos se discutan en una asamblea de representantes y este rgano era el que decida lo que se haba de hacer, encomendando a una persona la ejecucin de los acuerdos. En Anhuac, con su cultura colectivista de esfuerzo y de servicio, privaba la organizacin econmica por Tequiyotl, oficios u ocupaciones, tomando en cuenta la ocupacin por servicios en colectividades autosuficientes. De aqu el carcter particular de sus instituciones. Entre los dueos originales de estas tierras no exista la propiedad, y por lo tanto ni siquiera el sentido de la propiedad, lo que explica que los antiguos mexicanos se desprendan tan fcilmente de los bienes a la llegada de los conquistadores, quienes vieron en esto una seal de debilidad y atraso. Los nombres de los veinte barrios son difciles de determinar, por la confusin que reina en las fuentes, ya que, despus de destruir totalmente la ciudad, los invasores pusieron a las calles nombres de santos a profusin sin ton ni son, reservndose adems para ellos toda la zona de palacios donde hicieron la famosa traza a modo espaol, sin mayor consideracin que sus particulares ambiciones, destruyendo los monumentos que quedaban, para hacer sus mansiones al estilo decadente espaol, llamado colonial, y amontonaron y rechazaron a la poblacin mexicana, lanzndola a los lodazales y lagunillas de las orillas de la ciudad La crnica considera que el lugar mas destacado del poder estaba ocupado por el Tlatoani, quien tena poder civil, militar y religioso que adems una de sus misiones era centralizar los tributos de su rea de influencia y constitua la autoridad ms alta del imperio, pero existen sobradas pruebas de que cada federacin se haca representar por diez personas, de modo que funcion una Asamblea Nacional denominada Tlahtokan, y en ese supremo consejo de la gran confederacin de Anhuac, cada representante opinaba libremente, y los acuerdos de Tlahtokan le eran encomendados al Tlatoani y al Ziuakoatl. Los europeos confundieron al Tlahtoani Motekuhzoma, pero no pudieron entender que no era emperador sino Tlahtoani (el que habla porque sabe) que se encargaba de ejecutar los acuerdos del Tlahtokan (lugar donde se habla) y la administracin de los acuerdos etaban a cargo del Ziuakoatl (que literalmente significa mujer vbora o mujer sabia). Pasar el bastn de mando, no significaba entregar el poder a alguien, sino simplemente otorgarle el uso de la palabra, quien al concluir, se lo pasaba al siguiente orador. Al casi nadie negar que la tierra era propiedad comunal de los pueblos y que cada jefe de Familia cultivaba una parcela que la autoridad le proporcionaba, resulta ocioso hablar de esclavos. Los baos de vapor (temazcalli) eran indispensables en su vida diaria como parte de la higiene del azteca y fue utilizado para tratar muchas enfermedades. El mdico-emprico (tepatl) tena un excelente conocimiento de la anatoma humana. Desarrollaron la traumatologa (entablillado), utilizaban coagulantes y cicatrizantes para las heridas, y practicaban sangras con cuchillos de obsidiana y drenaban abscesos. Conocan los antiofdicos (maguey y tabaco). Los aztecas tenan grandes jardines botnicos y zoolgicos de los que obtenan productos para la fabricacin de medicamentos, lo cual nos obliga a una reflexin y es que no tenan conocimiento de los trabajos de Dioscrides sobre Herboterapia ya que no estaban influenciados culturalmente por ninguna cultura fornea. Los pueblos de Ixachilanka (nombre nativo del continente americano que significa Aqu donde se extiende nuestro rostro) desarrollaron grandes avances en muchos campos del conocimiento humano al tiempo que Europa viva una etapa de atraso. Cuando nosotros examinamos lo que los espaoles trajeron, nada bueno o positivo encontramos que no tenamos ya, e incluso mucho mejor La educacin entre los antiguos pobladores fue otro de los asuntos que dej perplejos a los europeos cuando llegaron al Nuevo Mundo. La primera educacin de nios y nias se reciba en el hogar; a los 7 aos se ingresaba al telpuchacalli de su Calpulli; a los 12 aproximdamente se ingresaba al Calmcac o escuela superiorla educacin en cualquier grado era prctica y de observacin emprica cientfica; de ejercicios para templar la voluntad y de una prdica y prctica constante de las virtudes como ser humano y como ciudadano. Hay datos suficientes para afirmar que la mujer participaba de los bienes de la educacin superior; se cultivaba como tlacuila, como poetisa y como artista; por ejemplo, en el arte plumario y de los mosaicos, en la fabricacin del papel, en el hilado, el tejido, la tintorera, etc. Los avances en matemticas, son indiscutibles, la invencin del cero, los estudios en geografa, por todo esto y otras razones ms, los pueblos autctonos son considerados cientficos, investigadores, artistas (poetas, pintores, escritores.), astrlogos, discpulos de las estrellas, viajeros del espacio, exploradores del infinito y mucho ms. El sistema educativo azteca, evolucion a partir de dos instituciones: Telpochcalli y Calmecac, segn Garca Blanco, la diferencia entre estas dos instituciones est dada por el nivel de profundizacin de los conocimientos y no por la procedencia social de los alumnos, como sostiene Weimberg, quin describe a la primera como la destinada al pueblo raso, mientras que la segunda era reservada para la nobleza. Por otra parte, los aztecas, aunque no conocan la rueda ni tenan animales de traccin, construyeron con gran destreza caminos y puentes, casas, acueductos y grandiosas piramides. No conocan el arado, pues pinchaban la tierra con una especie de lanza, pero hicieron buenos cultivos, aunque reducidos, ingenindose tambin para cultivar en chinampas o islas artificiales. En 1519, antes de la conquista, los objetos que Hernn Corts envi a Carlos I, de oro, plata, piedras preciosas, plumera, etc., que haba recibido de los mayas, de los totonacas y de los obsequios aztecas de Moctezuma, causaron en Europa verdadera impresin. Alberto Durero, que pudo verlos en Flandes en la corte del emperador, escribi en su Diario: A lo largo de mi vida, nada he visto que regocije tanto mi corazn como estas cosas. Entre ellas he encontrado objetos maravillosamente artsticos...Me siento incapaz de expresar mis sentimientos Los pochtecas eran quienes se encargaban del comercio y acudan a las diferentes regiones a intercambiar bienes, pero estos fueron confundidos por los espaoles como los cobradores del tributo Azteca, partiendo nuevamente de la falsa idea de que aqu exista un imperio que someta a los dems pueblos de Mxico. Haba que reiterar que no existen pruebas de que aqu hubo esclavitud, mejor dicho, los primeros esclavos que hubo en Amrica fueron los que captur Cristbal Coln en las islas del caribe y despus se generaliz en las colonias del continente, y lo que probablemente ocurra es que los cronistas nos hablan de los diferentes tipos de esclavos, pero ya para la poca colonial. Con la conquista espaola no hubo ningn progreso, como no lo hay en ninguno de los imperialismos que conocemos. La conquista fue una regresin histrica y destruy enormes fuerzas productivas que aun hoy no nos es posible aquilatar mientras no nos despojemos de la conquista mental llevada a cabo por trescientos aos de dominacin espaola. La conquista espaola tuvo y ha tenido enormes repercusiones en la vida econmica, poltica y social de nuestro pas, a pesar de lo declarado acerca de que obtuvimos nuestra independencia en el ao de 1821, pues por ejemplo en el mbito econmico en palabras de Marx, la conquista cort de tajo las posibilidades de desarrollo ulterior de nuestro pas, realidad que todava hoy padecemos, sin industria, ni ciencia, ni tecnologa propia. Pero de todas, la que tal vez tuvo sus mayores efectos es la que se refiere al hecho del sometimiento mental hacia lo extranjero, pues por ejemplo la historia aun no acaba de comprender en su exacta magnitud el papel de las obras analizadas. Para nosotros resulta imposible que se nos diga que el relato histrico no tiene color, pues las obras de Bernal Daz, Corts y Sahagn tiene claras connotaciones ideolgicas. En el prlogo al texto de Sahagn la casa editorial le dedica un ...y si es permisible que muchas de las naciones que componen el mundo presenten con orgullo su libro, bien puede Mxico con toda legitimidad presentar el suyo por excelencia: el que escribi en el siglo XVI un fraile franciscano para regalo de la cultura universal. Por su parte, la casa editorial del libro de Bernal Daz nos receta que ste No oculta crueldades y abusos, como tampoco cierta vanagloria de considerar que l y sus compaeros, tuvieron ms tarea que los romanos, modelo siempre obligado para parangonarse pero que adems Se precia de haber salvado el alma de infinitos indios y tambin su cuerpo de la esclavitud y espera que Dios en su oportunidad lo tendr en cuenta Por su parte se afirma que el connotado historiador Carlos Pereyra ha escrito es el libro de historia por excelencia Por ltimo, Agustn Yaez, Secretario de Educacin Pblica que fue, expone que el libro de Bernal Daz es un Testimonio henchido de vida, rebosante de ideales y conscupiscencias e introducir al lector en el clima heroico de nuestros orgenes, que ha de ser el clima de nuestra realidad y nuestro destino Por su parte Ortega y Medina nos relata en el prlogo de la Historia de la conquista de Mxico de William Presscot, dos bellos ejemplos del impacto de esta obra, en que se alaba el espritu emprendedor de Corts, su herosmo, su voluntad frrea para conquistar. Nos dice Ortega y Medina que un hombre de presa y empresa, un yanqui pionero...enderez para su provecho el norte de sus peligros vivir tras una simple lectura...de la Historia de la Conquista de Presscot. La revelacin que experiment el novel lector Edward Ayer fue fulminante: al cumplir treinta aos era riqusimo. La historia de Corts, de un extraordinario y ambicioso hombre de accin, habale servido de acicate para superar todas las dificultades y para convertirse si no en marqus...cuando menos en millonario: la mejor y ms prctica carta de nobleza para la republicana y activa Norteamrica de aquellos y de estos das Pero an va ms all el prestigiado historiador, al afirmar que no es desconocida ...la influencia ejercida por la Historia de la Conquista de Mxico de Presscot entre los jefes y oficiales e incluso soldados rasos de los dos ejrcitos invasores norteamericanos (1846-2847). Todos o casi todos ellos junto con el personal del servicio militar de informacin y los estados mayores respectivos venan inspirados y alentados con este popularsimo vademcum estimulante Joel R. Poinssett, el tenebroso predecesor de la CIA, y que traa una misin importantsima: ensanchar las fronteras de su patria a costa de Mxico, antes de estrechar las relaciones de su patria a costa de Mxico traz Sobre un mapa de Amrica la frontera anhelada lo que percibi Azcrate que era la idea de absorberse toda la Provincia de Texas y parte del Reino de Len...tomarse la mayor parte de la provincia de Coahuila, la Sonora y California Baja, toda la Alta y el Nuevo Mxico...(Poinsett era) guiado siempre por Humboldt, cuyo ensayo poltico trae bajo el brazo, aunque a veces lo reemplaza con la Historia Antigua del Padre Clavijero y tambin acude a las Cartas de Relacin de Hernn Corts, repasa la Historia de Solis y consulta los escritos del Padre Alzate.  INCLUDEPICTURE "http://www.urologiaaldia.com.ve/imagenes/aztecas/51.jpg" \* MERGEFORMATINET TENOCHTITLN-RUINAS (VISTA ACTUAL)  Tlahkayotl Kuitlauak Desenmascarando los mitos de nuestra historia p 107  Solis Guzmn, Artemio, Ixachilanka,Kalpulli Kuitlauak, 9 de octubre de 2003, pp 7-11  Ibdem pp 12-13  Eulalia Guzmn p CXVII  Gonzlez Hernndez, J. Refugio, La gran calumnia de los sacrificos humanos y la antropofagia en el Mxico antiguo, Tunaltik Mxico, enero de 2005, Presentacin de la tesis de ingreso como miembro de la academia de Aztecologa de la Sociedad Mexicna de Geografa y Estadstica, 19 pp, p 12  Ibdem p 13  Ibdem p 17  L. Sjourn, Pensamiento 21.  Len Portilla, Miguel, Toltecayotl, aspectos de la cultura nahuatl, FCE, Mxico 1987, 466 pp, pp 18-19  Hassler, Phil Peter, El sacrificio humano entre los Aztecas? Copyright World Press Review Dec. 1992, del Semanario liberal Die Zeit de Hamburgo, p 26)  ibdem Chikueyi, p 31  We Hill Rise, p 151-2, citado por Itzitli Kurly Tlapoyaua, Existi el sacrificio humano entre los Mexikah? p 44  Benjamn Laureano p 126  Xoxouhka, Tonalli Los sacrificios humanos entre los Mexikas mito o realidad? Conferencia presentada el da 3 de mayo del 2003 por los Klpultin: Tonalli Xoxouhka y Kuitlauak en el museo comunitario Kuitlauak p 56  Los sacrificios humanos Mito o realidad? Parte II, p 66  Nosotros nos elevaremos, reconstruyendo la nacin Mexikah, 8 abril del 2003, p 150  Tlapoyaua, Kurly, Anauak-cosmologa Mexicka, trad. Burac Martnez p p 157  Ibid Tlapoyaua 158  Loc. cit.  II Parte, pp 67-68  Tonalli p 53  Phil Peter p 6  Phil Peter p 10  Lpez Austin, Alfredo, Sentido Mgico o Religioso de los sacrificios en el Mxico Antiguo, en Miguel Len Portilla, De Teotihuacan a los Aztecas, fuentes e interpretaciones histricas, 2 edicin, Mxico, UNAM, 1995, 587-590, pp, p 587  Hassler, Meter, Sacrificios humanos entre los Mexicas y otros pueblos indios: realidad o fantasa? En Ce-Acatl, Mxico, N 53-54, noviembre-diciembre de 1993, pp 3-9 segunda parte p 8, Tlahkayotl p 108  y pues que venan a buscar la vida y estaban en tierra donde podran servir a Dios y a Su Majestad y enriquecer..., Bernal p 276  Eulalia Guzmn p XXV  Aunque se asegura que el fraile Bartolom de las Casas se enfrenta en 1550-1551 a la Junta de Valladolid, en los dbiles crculos erasmistas, que para no ser reprimidos por la Inquisicin expresan su pensamiento con extrema cautela. Su combate se fundamenta, principalmente, en la puesta en prctica del cristianismo primitivo. Al final de su vida llega a plantear que se devuelvan a los indios "los bienes robados y que los espaoles abandonaran las colonias". Haba que aclarar que De las Casas (anterior encomendero) en realidad propona la renuncia al Imperio colonial pero sustituido por una especie de federacin de reinos presidida honorficamente por el rey de Espaa, en donde slo los misioneros tendran derecho a entrar en contacto con los naturales, lo cual desde luego no representaba ninguna solucin para los nativos.  Eulalia Guzmn p CXIX  Sahagn, Fray Bernardino de, Historia de las Indias de la Nueva Espaa e Islas de tierra firme, 2 vols., Editorial Nacional, S. A.., vol. II, Mxico 1951, p 225 en Len Portilla, Miguel, De Teotihuacan a los Aztecas, fuentes e interpretaciones histricas, lecturas Universitarias, UNAM, Mxico 1983, 611 pp.  Daz del Castillo, Bernal, Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva Espaa , Fernndez Editores, Mxico 1961, 730 pp, p IV, pp 11-12  Eulalia Guzmn Op. cit. p C  Ibdem p CI  Eulalia Guzmn op. cit. p CIII  Corts pp 11  Corts p 20-21  Corts p 17  Bernal p 110  Corts p 31  Sahagn pp760-761  Corts p 36  Bernal p 124-126  Corts p 38  Sahagn p 769  Corts p 46  Bernal p 163  Bernal p 164  Sahagn pp 770-771  Sahagn pp 780-782  Bernal pp 248-249  Bernal p 245  Bernal p 290  Bernal p 281  Bernal p 291  Sahagn p 100 captulo XX, Libro segundo  Bernal p 318  Corts p 95  Bernal p 326  Bernal p 360  Corts p 124  Corts p 124  Corts p 127  Sahagn pp 796-797.  Bernal p 383  Bernal p 417  Sahagn pp 794-795  Bernal pp 414-415  Bernal p 407-408  Sahagn pp 808-809  Bernal p 443  Bernal p 444  Bernal p 452  Bernal pp 454-455  Bernal p 457  Bernal p 459  Eulalia Guzmn p CIV  Romero Vargas P 17  Rojas, Jos Luis de, Mxico Tenochtitlan Economa y sociedad en el siglo XVI, FCE, Mxico 1969, 327 pp, p 86  Laureano Luna, Benjamn, El aporte nativo a los Derechos Humanos, Tlahtokayotl Kuitlauak, p 114  Pea, Luis R., Mxico: Una nacin de indgenas, mestizos o nios bastardos?, p 87  Eulalia Guzmn pp CXVI-CXVII  J.L. Martnez, Corts 187.  Advertencia de los editores Sahagn p IX  Daz del Castillo, Bernal, Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva Espaa , Fernndez Editores, Mxico 1961, 730 pp, p IV  Bernal p IV  Bernal p VI  Bernal p XIV  Presscot, William H., Historia de la conquista de Mxico, Editorial Porra, Mxico 2000, quinta edicin, 728 pp, Prlogo de Juan A. 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L!k!$"2"a"Ͻϧrrrrrjf__ hOTCJ]hOThOTmH sH hOT6B*CJmH phsH hOT>*B*CJmH phsH (jhOT0JB*CJUmH phsH hOTB*CJmH phsH hOTOJQJ"hOT5B*CJaJmH phsH  hOTCJhOTCJOJQJ!hOT5B*CJ\mH phsH hOT5B*CJmH phsH "./F\ *l? $&($dh[$\$`a$$^a$ $dh`a$$`a$ $dh`a$hl|y|a"i"""&((*,,,B.C./<3=3H3I33j4s4I5J5557678$;%;,;<<>ȺȺ񙄙t]ShOTB*CJph,jhOT0JB*CJUaJmH phsH hOTB*CJaJmH phsH (jhOT0JB*CJUmH phsH hOTB*CJmH phsH  hOTCJ\jhOT0JCJUjhOT0JCJUaJhOTCJaJjhOT0JCJUmH sH hOTCJmH sH  hOTCJ] hOTCJhOT6CJ] (*,,D./H3I35878,;-;j=>N@BCDFH9I$77]7^7`a$ $dh`a$$77[$\$]7^7a$$dh[$\$`a$>>CC-EFEGG5I6IMMIOJOOOQ QPRVVVV_Y`YeYY^^^za{acc,d-d.dGfnhhݽݽݽ~n~ndhOTCJOJQJjhOT0JCJUmH sH hOTCJmH sH #jhOT0JCJUaJmH sH hOTCJaJmH sH ,jhOT0JB*CJUaJmH phsH hOTB*CJaJmH phsH hOT>*B*CJmH phsH hOTB*CJmH phsH (jhOT0JB*CJUmH phsH '9I MLOO"QPRVVVeYfYYG\H\^^|a}ac.d$dh[$\$`a$$77[$\$]7^7`a$$77]7^7`a$ $77]7^7a$ $dh`a$.dGfj3m noVqtuvxz'}F!@iԓ$dh[$\$`a$ $dh`a$$  dh`a$"hn n nnno?qTqrvsvlԓ ԥ'(ӧէĨƨ$0Ȳ񘒋qhhhOT6CJ]jhOT0JCJUmH sH hOTCJmH sH  hOT>*CJ hOTCJhOTB*CJphhOT>*B*CJmH phsH *hOT>*B*CJOJQJ^JmH phsH 'hOTB*CJOJQJ^JmH phsH (jhOT0JB*CJUmH phsH hOTB*CJmH phsH  <g'*Cԥ)}$2̹45 $77]7^7a$ $7dh`7a$$dh7$8$H$`a$ $dh`a$$dh[$\$`a$012234GHIOPOPRZ[mnp !|}~ghjk˸ˣ˓|˓|ˣˣˣvˣˣˣ˓| hOTCJ,jhOT0JB*CJUaJmH phsH hOTB*CJaJmH phsH (jhOT0JB*CJUmH phsH $jhOT0JB*CJUaJphhOTB*CJmH phsH hOTB*CJaJmH phsH ,jhOT0JB*CJUaJmH phsH +5IJQWR\q[~jkE$dha$ $dh`a$ $77]7^7a$ $7dh`7a$kCDErstklmgh&' O+¶qZqEEEEq(jhOT0JB*CJUmH phsH ,jhOT0JB*CJUaJmH phsH hOTB*CJaJmH phsH hOTB*CJaJmH phsH ,jhOT0JB*CJUaJmH phsH hOTB*CJmH phsH hOTB*CJaJph$jhOT0JB*CJUaJphhOTB*CJph jhOT0JB*CJUph hOTCJhOTCJmH sH Etm(O/0#    P# $7dh`7a$$dha$ $77]7^7a$ $dh`a$dh+,/            de   NOPg  @!A!B!g"h"q#r#˶˶˶ˬ˶˶˶ˉy˶˶yˉyˉy˶y˶˶hOTB*CJaJmH phsH ,jhOT0JB*CJUaJmH phsH hOTCJOJQJaJhOTCJOJQJ(jhOT0JB*CJUmH phsH hOTB*CJmH phsH hOTB*CJaJmH phsH ,jhOT0JB*CJUaJmH phsH /Pg B!C!s#%(()..01d3e33477H9: $dh`a$$77dh]7^7a$ $77]7^7a$ $7dh`7a$#r#%((()**++...001b3c3d33455F7T7777:????@th\hOTCJaJmH sH hOTCJaJmH sH #jhOT0JCJUaJmH sH hOTCJmH sH "hOT6B*CJaJmH phsH (jhOT0JB*CJUmH phsH %hOT6B*CJ]aJmH phsH ,jhOT0JB*CJUaJmH phsH hOTB*CJaJmH phsH hOTB*CJmH phsH  :;=?CDCErFG*II_L`LMUOPRUVVX $7dh`7a$$77[$\$]7^7a$dh[$\$` $dh`a$$dh[$\$`a$@@:C;CCDCEG(I)I*IIKK\L]L^L_LRRRUZVZ3[7[[[ñלז}kcWFל!hOT6B*CJ]mH phsH jhOT0JCJUhOTCJaJ#jhOT0JCJUaJmH sH hOT6CJaJmH sH hOTCJaJmH sH  hOTCJ(jhOT0JB*CJUmH phsH #hOTB*CJOJQJ^JaJph'hOT0JB*CJOJQJ^JaJphhOTB*CJmH phsH hOTCJmH sH jhOT0JCJUmH sH XYVZ[O]]_b\drgsgtgugvgwgxgygggg$dh$If[$\$a$ $dh$Ifa$$dha$dh $dh`a$[[\\\M]N]]]^_=___bbbbcZd[d4e5effgglgmgrgygzgggghhhhNhOhPhhhhhh볨Չ{s{s{shOTmH sH hOTjhOT0JUjhOTB*CJUphjhOT0JCJUmH sH hOT>*CJmH sH hOTCJmH sH  hOT>*CJ jhOT0JB*CJUphhOTB*CJphjhOT0JCJU hOTCJhOTB*CJmH phsH -ghhNhhhhijj2jj8kPkkkllJmm$a$$dha$Mkd$$IfT0 v 634aThhhhhFiiijjjj!j,j2j3j4jjjjjjjj8k9kPkQkRkkkkkkkkklllllll1mImJmKmLmmmmmmmmmmmmmmmmmmmnnnynnhOTmH sH hOT>*mH sH hOTB*mH phsH hOT6]mH sH hOTmH sH  hOT>*jhOT0JUhOTmH sH hOTGmmmmmmnnoDp[psst|uuuuuuu vv,v:vMv[vkvyvv$a$nnnnnoooCpDpEpFpZp[p\psssssssstvttttt uAu|u}u~uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu v v v vvvvv+v,v-v.v9v:v;v*hOT>*mH sH hOTB*mH phsH jhOT0JUhOThOTmH sH JLvMvNvOvZv[v\v]vjvkvlvmvxvyvzvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvwwwwwwww?w@wAwBwOwPwQwRw]w^w_w`wlwmwnwow{w|w}w~wwwwwwww¶¶¶¶¶¶hOTB*mH phsH hOTmH sH hOTB*mH phsH hOTB*mH phsH hOTmH sH hOTmH sH jhOT0JUhOTHvvvvvvvww@wPw^wmw|wwwwwwwwxx.x=xLx[xox~xx$a$wwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwxxxxxxxx-x.x/x0xx?xKxLxMxNxZx[x\x]xnxoxpxqx}x~xxxxxxxxxxx¶¶¶¶¶ިhOTCJaJjhOT0JCJUaJhOTB*mH phsH hOTmH sH hOTmH sH hOTB*mH phsH hOTjhOT0JUhOTB*mH phsH hOTmH sH =xxx)yyyz#zNzzzzz{{W|k|l|n|o|q|r|t|u|w|x|y|$7[$\$]7a$$a$xxxxy)y*y+yyyyyyyyzz"z#z$z%zMzNzOzkzzzzzzzzzzzzzzzzz{6{{{{{{{{{{V|W|X|Y|j|l|m|o|p|r|s|u|꼰꼰ըՠՠՠjhOTUhOTB*phhOTB*mH phsH hOTmH sH  hOT>*hOTB*mH phsH hOThOT>*mH sH hOTmH sH jhOT0JUhOTCJaJmH sH ?u|v|y|z|hOTB*CJmH phsH hOTjhOTUy|z|$dha$01hBP/ =!"#$% Dd J  S &A51RYqL i9!ڳ5DF-qL i9!ڳJFIFC     C   v#" }!1AQa"q2#BR$3br %&'()*456789:CDEFGHIJSTUVWXYZcdefghijstuvwxyz w!1AQaq"2B #3Rbr $4%&'()*56789:CDEFGHIJSTUVWXYZcdefghijstuvwxyz ? 05[cѣXo5FHGPkɔqjyTvDID,d?n*U]ƱW1N&z4HpIOr")w('w)FH4`] I4h84`zИ4p(9n4QFH!JqڑKЗ% 2hMTTX1>A8TށJTg= ! cӭE+NJ$g5Ji??e%}1Vbp?:L/1 /=*y M7onڍݗ@5"@0>?࠳=uŦjv"K֙b5 X @cӊ; -K1植PG֦SVqNRE4Z4Z45@.~Ji9zZE,^fH"If8I=I=k?h_ >"`yg5(LYY>^xiǙ)A\]'\,݅7Yb[KG#F#mI) ]wޱC3FQh$) =i摆Ojv$CH #8*%\S~=^IϏ?l5k[.Qc'Ws'c;ڴPNgsG4Rū&vH>SQJ!˔ E+SZL7E;@MO*frzo>ݞ[-'M$Uge-֖yrRYH=)aXQ'y[yyr?";qɽZp>/p9P3~s>u o+.'ڤf٣xX̧#?ֻa-K %KY|3ق? ~ [8.oR;SՑ28Oy=6gC|ֽVq5KHc]xIdw`S sqep\t?jdk:S&ν%;$vquf8lGX)nm" o3qtJNÒwцLڤCu(nai9 9VS' z*y$ rZ_V22̨n1Z =FN6LEEiѰ.;i~E<JI8m`~6FqMa:`Ԝp;26^%*Gn-l4q('ӶC}FyWYe%TtW;zشA}~Ft[G+7*98cߥ~hxW@/}iiqK4FI*x('kѢV}NlD-Csr}# , t\w1=-:߁mf@urOiV&8i>k3;}+?ko zn6u⻉4f hʻldAp>  ~YIz}x,t{[R}[[ "Y]чdB8l4[ΪUFu 5mo永 8$* `U*9S^*Fk\8e,k)RlY8Dj7FpS ?-#Űz㏥iYrBh;N=APC-ƫ=&UQ9Esŧ)&mKww4v֖ѽ!U4f'9fKĿ=,[kI-. 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